"¿Me estas tomando el pelo?"
Jisung se dirigía a la dirección que le marcó su abuela. Ella dijo que ahí podría encontrar los medicamentos que necesitaba para curarse.
Cuando llegó a esa dirección se quedó extrañado. ¿Una tienda de antigüedades? Él confiaba en su abuela pero, como demonios iba a haber medicamentos en una tienda de antigüedades.
Miró él papel que le dió su abuela. Ahí tenía escritos todos los medicamentos que ella necesitaba. Él confiaba en su abuela. Entraría, le enseñaría el papel a quién fuera que estuviera y le preguntaría si tenía esos medicamentos. Sonaba bastante absurdo pero lo haría igualmente.
Se tragó toda la vergüenza y entró a la tienda mirando a su alrededor. Había muchas vasijas antiguas, muebles, periódicos. Hasta muñecas que le ponían los pelos de punta al castaño. La tienda estaba repleta de cosas que se veían con demasiado tiempo.
Se acercó al mostrador pero no había nadie. O eso creía porque nadie le quitó el susto de que el mostrador parecía haber sido golpeado.
-Ahhh, mi cabeza. -exclamó alguien bajo el mostrador mientras se quejaba. Jisung se tranquilizó porque las sospechas de que era un fantasma fueron esfumadas.
-Eh, perdone.
Un jóven se levantó rápidamente mientras se sobaba la cabeza.
-¿Si? Lo siento es que estaba viendo una cosa, jeje.
El castaño pudo ver al trabajador con más detalle. Parecía ser un poco mayor que él, además de parecer un gato. No sabe porque pero su cara le da vibras de gato.
-No te preocupes yo... -pensó un momento. ¿No es un poco estúpido pedir medicamentos en una tienda de antigüedades? -Vengo a ver si tienen de esto. -le pasó el papel al mayor de cabellera añil.
El mayor leyó el papel y rápidamente contestó.
-Uh... ¡Espere un momento ya vuelvo!
Jisung vió como el contrario se iba por una puerta. Se preguntaba si de verdad tendrían esos medicamentos.
Después de unos minutos el trabajador de la tienda volvió con lo que parecía ser todos los medicamentos.
-Creo que son estos... -el mayor puso las medicinas en el mostrador.
-¿Tienen medicinas en una tienda de antigüedades? -mencionó mientras miraba los medicamentos sorprendido.
-Sorprendido, ¿eh? -el tono burlesco se notaba. -Pero bueno, yo también me sorprendería si fuera tu.
El castaño solo bufó levemente ante el tono burlesco del parecido a un gato.
-Bueno, dime cuanto sería.
-Unos 56.000 wones. Pero para tí gratis si me das un beso. -el trabajador dijo coqueto.
Jisung se quedó sin palabras al escuchar lo último.
-¿Me estas tomando el pelo?
El de cabellera añil se río.
-Era una broma, nene. Obviamente no te voy a dejar gratis estas póci- -el contrario se rehusó. -medicinas.
El de mejillas regordetas fruncio el ceño y el mayor solo soltó una risa nerviosa.
-¿Póci que?
-Era medicinas, solo me equivoqué. Pero igualmente si me das un beso no me quejo. Estas bien guapo. -el tono coqueto volvió.
-¿Puedo solo pagarte e irme?
-¡Por supuesto! No faltaría más.
Jisung sacó el dinero y se lo dió al trabajador de la tienda. Había tenido que soportar a este peculiar trabajador pero mínimo tenía los medicamentos para su abuela.
-Gracias por su compra, lindo. Soy Lee Minho por cierto.
El castaño levantó una ceja. Al escuchar lo último. ¿Por qué le dijo como se llamaba?
-Pues yo soy Han Jisung... Bueno, yo mejor me marcho ya.
Jisung se dió la vuelta y se dirigió hacía la puerta del local para poder marchar. No obstante notó como una de las muñecas lo siguió con la mirada, seguro fue su imaginación pero salió por patas del lugar sin pensarlo por el miedo a la muñeca. Odiaba las muñecas antiguas, daban tanto miedo.
-Joder, Jeongin, estate tranquilo solo es un cliente. -Minho le habló a la muñeca como si fuera lo más normal del mundo cuando Jisung salió del local.
La muñeca solo movió levemente un brazo. Minho suspiro ante esto y volvió a agacharse de vuelta. Viendo lo que tenía bajo el mostrador.
-Me va a costar arreglar este amuleto... Putos perros, por eso prefiero a los gatos. Son mejores y encima tienen magia, el combo perfecto. -un sonido de que algo se ha caído retumba en los oídos de Minho.
Minho rápidamente hace un ademán de levantarse pero de vuelta se golpea en la cabeza.
-¡Me cago en la puta! -se levantó otra vez sobandose la cabeza y viendo como la muñeca la cuál antes llamo Jeongin yacía en el suelo. -Jeongin, ¿quieres estar quieto por un segundo? No es mi culpa que te hayan metido en una puta muñeca.
La muñeca volvió a mover el brazo como si estuviera señalando algo y Minho no tardó en darse cuenta.
-¿Que es eso?
[...]
-Ese tipo quiere algo contigo, eh, Hannie. -Hyunjin golpeo el brazo de Jisung con su codo en broma.
-Callate, Hyunjin.
-¿Podéis calmaros? Solo le coqueteo un poco. -intervino el pecoso. El cuál parecía un poco más calmado después de lo sucedido con el cuadro.
-Callate, amargado.
-No soy un amargado.
-¿No? Pues no lo pare-
-No se vuelvan a pelear, por favor. Lo que me faltaba hoy. -el de mejillas regordetas suspiro.
-No es mi culpa que don chistosito tenga que molestarme todo el rato.
-Es porque te quiero, Lixxie. -el rubio soltó una frase un tanto empalagosa.
Felix se calló un momento al escuchar ese apodo. Se iba a quejar de este pero algo se lo impidió.
-¿Querer es molestar a todos o que?
-Bueno, yo me divierto molestandote, ¡te lo tomas todo muy en serio! Deberías de relajarte más en la vida y ver más cosas a broma.
Hyunjin puso su brazo alrededor de los hombros de Felix en forma amistosa y Felix solo se mantuvo callado por respuesta, procesando el hecho de que estaba dejando que lo tocara.
-Sí... Lo que sea...
Mientras Felix y Hyunjin hablaban Jisung estaba revisando el bolsillo de sus pantalones cuando se dió cuenta que faltaba algo. En eso se levantó del sofá y los otros dos lo vieron con extrañeza.
-Me tengo que ir, se me cayó algo, ¡luego nos vemos!
Jisung se fue de la casa sin decir nada más.
-Tu amigo gelatina es raro. -murmuro el azabache.
Hyunjin puso los ojos en blanco.
-¿¡Quieres parar de decirle gelatina!?
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𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐃𝐎𝐒 𝐑𝐀𝐙𝐀𝐒 ┆Hyunlix
Viễn tưởngUn mundo que está dividido por distintas razas, las cuales no suelen tener contacto entre sí. Pero... ¿Y si lo tuviera? Es una pregunta que se hacían 8 chicos. Y un día, uno de ellos, un humano curioso fue a investigar aquella casa con tantos rumore...