Car's Outside. +18 (Adaptación a Hyunin)

05

     

                                           
                                           

Un día más dónde el azabache despertaba recostado en el escritorio de su oficina en la empresa y no en su gran y cómoda cama.

¿Motivo?

Se había empeñado tanto en su nueva canción que se olvidó de la hora.

Estiró su mano y tomo su teléfono.

7:40 AM

Jeongin entraría a clases en algunos minutos, por eso y como todos los días le dejo un mensaje.

"Buenos días mi bonito, que tengas un maravilloso día, recuerda comer correctamente y no esforzarte demasiado"

Se imaginó el sonrojo en las mejillas del rubio al leer aquel mensaje, como siempre lo hacía cada vez que él le decía un cumplido o lo besaba sin previo aviso.

Es que Jeongin era todo un encanto de hombre.

Tomo su teléfono y sus llaves para dirigirse a su casa, necesitaba un baño, su rutina matutina de ejercicios, luego un delicioso desayuno para luego volver a la empresa a cumplir con su horario.

Una vida agitada, pero nada que no pudiera manejar.

Sin embargo, su teléfono empezó a sonar notificando el nuevo mensaje y una alarma.

"Buenos días, Hyunjin, gracias, tú también ten un buen día, por favor toma un descanso de vez en cuando y no te olvides de cuidar tu alimentación, te quiero"

Tan bonito y enamoradizo, así era Jeongin, como una bolita de algodón de azúcar.

El mayor sonrió mirando la otra notificación.

"Cumpleaños de mi bebé"

Mañana era el cumpleaños de Jeongin, por supuesto el mayor no lo pasaría desapercibido, cuando Jeongin inconscientemente en una plática le dijo cuando era su cumpleaños, este inmediatamente lo guardo en su calendario, porque Hyunjin ponía atención a cada cosa que el menor le dijera, él lo escuchaba, lo entendía y opinaba de acuerdo a lo que creyera correcto.

Aunque ellos no hablarán demasiado, cada vez que lo hacían él le prestaba atención como era debido.

Ahora debía planear un regalo espléndido y una noche magnífica para su rubio bonito, porque él lo merecía, porque lo hacía feliz, Jeongin merecía cosas buenas y bonitas.

°°°°°°°

El rubio estiraba sus piernas en un calentamiento que hacía sus músculos arder, pero que era demasiado necesario si quería rendir perfectamente en toda su clase.

Hoy harían vueltas completas, necesitaba hacerlo bien.

Jeongin era muy bueno, al igual que Han, la verdad es que la competencia dentro del salón de clases estaba entre ellos dos, pero se querían demasiado como para competir con el otro para demostrar quién era mejor.

Simplemente, ignoraban lo quisquillosos que podían ser sus compañeros, intentando meter cosas en sus cabezas.

Llegaron ahí juntos y se graduarán juntos también.

- Te noto sonriente hoy ¿Algún motivo especial?- la voz de aquella chica irritante que Jeongin conocía perfectamente como Irene, llegó a sus oídos haciendo que el rubio suspirara y volteada a verla.

- Con todo respeto Irene, los motivos que yo tenga para sonreír no son tu asunto, así que... No me molestes hoy ¿Sí? -

- Oh por supuesto que no lo haré, ya tienes demasiado con tus kilitos demás y tu trasero gordo, no necesitas más molestias que tú mismo-

Jeongin abrió su boca ofendido, aunque él sabía que tenía unos kilitos de más no dejaba que aquello le afectara, simplemente le gustaba disfrutar de la comida, aunque luego tuviera que hacer ejercicio para quemar la grasa en su cuerpo.

No tenía de que avergonzarse.

- ¿No tienes nada mejor que hacer que molestar Irene? - La voz de Han escucho detrás de ella, haciéndola rodar los ojos para darse una vuelta e irse - ¿Estás bien?-

El rubio asintió e iba a decir algo, pero el grito de una de sus compañeras llamo la atención de todos.

- ¡Oh por dios! ¡Mi mejor amiga consiguió boletos en primera fila para el concierto de Hyunjin oppa en dos semanas! - los demás se acercaron a ella interesados en el asunto.

Mientras Jeongin sonrió con nostalgia y bajo su cara con un puchero en sus labios, Han lo notó y subió su mano al hombro del rubio, dándole una caricia reconfortante acompañada de un apretón.

Esas caricias que decían "Todo está bien".

Jeongin solo asintió para empezar con su clase.

Cuando la tarde llegó, el rubio ya se había dado una ducha, se permitió sentarse en su sofá con su laptop dispuesto a ver alguna película.

Hasta que la notificación de que Hyunjin estaba en Live, llegó.

Jeongin era un seguidor silencioso, de esos que estaba ahí, pero no se hacía notar.

Entro al Live y se acomodó en el sofá para mirar a Hyunjin, se veía sudado y un poco cansado, tenía el cabello recogido en una coleta desordenada y su rostro sonrojado por el esfuerzo físico.

Aun así era perfecto en todo su esplendor.

Escuchaba su voz varonil y jadeante, sonrió mirando como el mayor respondía los comentarios de sus fans, las que eran muchísimas la verdad

Le fue imposible no leer bien parte de ellos.

" Sé mi novio Oppa"

"Te amo Hyunjin"

"Quisiera una noche contigo"

Él sabía que las fans de Hyunjin eran personas directas y aunque no fueran todas, en su gran mayoría tenían cierto fetiche sexual con el Idol.

Sin embargo, su corazón empezó a latir con fuerza cuando escucho una segunda voz detrás de la pantalla.

Esa voz, la conocía, como el "amigo de Hyunjin"

Vio como las fans enloquecieron pidiéndole que lo enseñará.

Se preguntó si alguna vez podían quererlo así como querían a Minho.

Porque Hyunjin y Minho eran el Shipp favorito creado por sus fans, tanto así que ellas se llegaban a enojar muchísimo cuando veían al Idol en compañía de sus otros amigos.

Sintió un nudo en su garganta cuando lo vio asomarse y saludar con una sonrisa que lo caracterizaba, para luego tomar asiento al lado de Hyunjin y empezar a hablar trivialidades entre ellos.

Jeongin sabía que él y Hyunjin eran exclusivos, solo estaban sexualmente con el otro, sin nadie más.

Pero había algo que lo hacía sentir mal y era sentirse despojado, él quería estar al lado de Hyunjin en ese Live, él quería que fuera él a quien sus fans quisieran, pero no.

Él era el secreto de Hyunjin y por más que quisiera que las cosas fueran diferentes, sabía que eso no pasaría.

Entonces debía tragar sus verdaderos sentimientos y recibir lo que el azabache le diera de él.

Así es como ambos funcionaban.