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Al recibir aquel mensaje, el rubio rápidamente corrió al baño, necesitaba darse una ducha y verse lindo para el azabache.

Aunque él ya sea lindo ante los ojos del mayor.

Jeongin era una persona bastante quisquillosa cuando del cuidado de él mismo se trataba, su cabello era importante al igual que su piel y cada parte de su cuerpo, se dedicaba mucho a cuidarlo, desde mascarillas para el cabello y rostro, hasta la limpieza absoluta de todas sus uñas.

Era todo un perfeccionista.

Tal y como a Hyunjin le gustaba, porque no había nada mejor que la apariencia de Jeongin fuera bastante pulcra, eso sumándole la belleza natural que este tenía, Jeongin era un diamante ante sus ojos, uno que le gustaría presumir y poner el título de “suyo” ante el mundo, así nadie pudiera acercarse a su rubio bonito, pero a su pesar eso no podía ser.

Por lo tanto, se tenía que conformar con admirarlo en silencio y en secreto.

¿Frustrante no?

Hyunjin sabia perfectamente el camino como también la clave de seguridad del departamento del menor.

Así que cuando por fin llegó a aquella puerta no dudo en desbloquearla, para poder entrar.

Cuando entro a dicho departamento lo primero que hizo fue quitar ese suéter que tanto le molestaba, su capucha, gorra y el cubrebocas, no es que usar suéters le molestará, es que sus tatuajes no estaban del todo cicatrizados y el roce de la tela con su piel lo hacía sentir incómodo, se lo había explicado a su Manager, pero este insistió en que lo mantuviera mientras estuviera en la empresa, así se evitarían “problemas”.

El azabache escuchó los pasos apresurados del menor y con una sonrisa estiro sus brazos en señal de que lo abrazara.

Tal y como Jeongin, lo hizo, porque a pesar de tener su cabello un poco húmedo, no pudo evitar las ansias de abrazar a Hyunjin.

Así que cuando escucho la alarma al cerrar la puerta, dejo el secador de cabello a un lado y camino rápidamente para ver al mayor, lanzándose en sus brazos, para que esté lo alzará y él pudiera envolver sus piernas en la cintura del azabache.

-Oh mi bebé, te extrañé tanto…- los brazos del mayor envolvieron al rubio en un abrazo cálido y protector, como si acabará de llegar a su hogar y fuera recibido con amor.

El rubio escondió su cara en la curvatura del cuello del mayor y aspiro ese olor característico del perfume del joven Idol.

- ¿No dirás nada? Oh... ya se- el mayor camino al sofá color crema que adornaba la sala y se sentó con el menor en su regazo, dejo de abrazarlo para tomar su cara en sus manos y poder besar esos abultados labios que tanto le gustaban.

El beso fue lento, con pasión y todo aquel sentimiento que guardaba en su corazón por no haber visto a su rubio.

El gemido de satisfacción que salió de los labios del menor, lo hicieron entender que él también lo había extrañado.

Con la respiración un poco agitada se separó de aquel beso para juntar sus frentes, jadeantes y con ganas de mucho más.

-Te extrañé, Hyunjin, te necesito tanto…-

- ¿Mucho? -

- Muchísimo-

El azabache dejó de mirar esos labios para levantar su mirada a aquellos ojos mieles, que iluminaban todo a su paso.

Car's Outside. +18 (Adaptación a Hyunin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora