36 11 0
                                    


— Sólo suelta y ya, carajo.

— ¡Es imposible!¡Quiero venganza!.

Gritos de desesperación y drama acompañaban el malestar del hombre, irritado y fastidiado a más no poder si era exactamente posible. ¿Por qué él?¿Por qué tenía que estar rodeado de tontos? Patearla no fue suficiente como para hacer que se moviera de su paso, ¿Que hacía en su habitación? Si bien recordaba haberla visto la noche anterior ingresar a su propia habitación, ¿Cómo carajos había llegado hasta él? Apenas y había dado unos cuantos pasos al aire había conseguido patearla.

— Eres estúpidamente irritante.

Sus palabras, eran crueles y tan ásperas que ya no sonaban a un chiste. Sus gritos y sus chillidos con su tono de voz agudo callaron al instante, su expresión arrugada volvió a la usual; aparentemente retomando las palabras del varón.

“ Estúpida” ¿Cuántas veces no había escuchado uno de tantos insultos que le habían dado? No importaba quien, no importaba cómo ni cuando.
Esas personas habían sido borradas de su árbol familiar, Incluso si eran los principales. Estaba cansada, estaba harta de escuchar ese tipo de llamados, los toleraba con Sukuna porque prácticamente lo conocía desde mucho tiempo atrás.

Recuerdos de su niñez, de gritos y expresiones siempre molestas por algo que una simple niña, una pequeña de apenas tres, cuatro, cinco años... Sus gritos llamándola torpe, idiota, inservible..

— Oye — Suaves toques llegaron a su mejilla, sentir la mano del mayor sobre su mejilla le hizo reaccionar; mirando su expresión un tanto arrepentida, oculta con una de cansancio. — Lo.. siento... — Si, le costaba expresarse.

¿Incluso él tuvo que reprimir sus emociones?¿Cierto? Eran totalmente iguales en los mismos sentidos, era algo que realmente le hacía sentirse bien al lado de quién creció mucho tiempo atrás.

La disculpa fue aceptada por una sonrisa suave y corta que recibió de la ajena, aún tirada sobre el suelo, con su cabeza apoyada en los grandes pies del varón.

— Disculpa aceptada.

Ryomen bufó. — ¿Así sin más? Por eso te toman el pelo fácilmente — Nuevamente estaba de vuelta el varón que conocía, sabía que le costaba demasiado, demasiado aceptar un simple " Gracias " de alguien más.

Aunque sus palabras llegar a ofenderla una vez más, sentir sus manos tomando las suyas, saber que estaba inclinándose a pesar de su gran altura y porte a comparación de ella le hizo sonreír alegremente — No, realmente no es por eso. — un pequeño empujón hacia arriba la hizo levantarse y quedar inclinada sobre el suelo, próximo a escuchar como una tercera voz resonaba en el pasillo.

— Ustedes dos...— Yuuji aclaró su garganta, dejando una de sus manos sobre sus labios para esconder la sonrisa de quién sería su verdugo — Su propio tío— —  ¿De verdad no están haciendo nada extraño, verdad?.

— No. — Ambos respondieron al unísono, con Sukuna soltando la un tanto brusco una vez la consiguió ponerla de pie. — ¿Y tú que carajos haces aquí?.

— vivo aquí, ¡¿Cuántas veces tengo que decírtelo?! — Yuuji exclamó.

Un suspiro de cansancio llegó a los labios de la única mujer, saliendo y acariciando la cabellera del adolescente como saludo antes de salir de la habitación, las miradas y la tranquilidad que ambos varones tomaron al verla retirarse no fue capaz de llamar su atención.

Una vez la mujer salió, Yuuji mostró muecas y ademanes silenciosos de desesperación, que consistían en señalar a la chica y a su familiar constantemente, llevando sus dos manos a sus cortos cabellos hasta tirar de ellos con desesperación.

— ¡¿Que crees que estás haciendo?! — Yuuji exclamó en voz baja, casi susurrando.

— ¿De que hablas?.— Cuestionó Ryomen, cruzando sus brazos.

— ¡Deja ya de hacer caras como si no te importara! ¡¿Vas a dejarla ir otra vez?! — Insistió.

— Dices estupideces.

Manteniendo silencio por verla otra vez salir de su respectiva habitación y ambos continuando con seguirla con la mirada, Ryomen pensó “ Imposible dejarla ir” . Y ahora que lo pensaba con exactitud ¿Debían estar aparentando estar en una relación por un tiempo?¿No es así? Al menos debían tener un tiempo hasta que alguno de los dos consiguieran una pareja. Por su parte, era poco probable ¿Por parte de T/N? Quizás si, la chica era cruelmente enamoradiza pero..

Un bufido de diversión hizo negar la teoría de su sobrino — ¿Que alguien más me la quite? Si esa tonta sólo está obsesionada con los más fuertes como si fuera un Onibi.

— ¿Tenemos que llegar incluso juntos?.

— Siempre llegamos juntos, Que no te importen cosas que siempre hemos hecho. — T/N respondió un tanto molesta por las quejas del varón, ¿Por qué le estaba prestando atención a cosas cotidianas a las cuales estaban acostumbrados? Quizás era porque antes Gojo Satoru los solía acompañar en el auto. T/N Hizo una mueca, mirando de arriba a abajo la cercanía que tenían.— ¿Tenemos que estar apegados?.

— Siempre lo hemos hecho. — Respondió con desinterés.

Si, era cierto pero ¿Tener su mano firme sobre su cintura? Apegando la a él como si hubiese una persona extraña que fuese a incomodarla cuando eran únicamente ellos dos solos en el asiento trasero para tres personas, ¿Era normal?.
Con un rubor en sus mejillas intentó no prestarle atención al detalle, sentir los dedos del mayor tomando contacto contra la apertura que dejaba expuesta su piel no le ayudaban en mantenerse firme.

Sentía las miradas de  sus otros dos acompañantes, Ijichi un tanto temeroso por la presencia de Sukuna y Yuuji; el adolescente que los miraba con extrañeza desde el copiloto. Sobretodo a su familiar, ¿Que aparente no tener ningún interés por su mejor amiga cuando su mano estaba rodeando su cintura? Debía estar bromeando si era así, debía estar bromeando si dijera que no estuvo enamorado de ella alguna vez.

Sólo él lo sabía, el menor de los Itadori y sus difuntos familiares, tantas veces que su abuelo le había contado la forma en como su padre y él hacían lo posible para torturarlo y molestarlo con aquella mujer que alguna vez  tuvo a su lado, que pasaron juntos tantas cosas que no hacían más que hacerlo entrar en un estado de vergüenza y timidez cuando le hacían recuerdo. Claro, cuando estaban con ellos.

Incluso pudo presenciar como su abuelo, como último  deseo antes de partir era que viviera una vida feliz y tranquila al lado de T/N .  Itadori sonrió al simplemente recordarlo, ¿Cómo podría decirle a su abuelo lo que estaba pasando?.

— ¡Oye maldito! ¡¿Por qué me muerdes?! — Los gritos de la mujer no tardaron en resonar en el auto, sentir como el mismo se removía incluso estando en movimiento por las constantes patadas y movimientos bruscos de la adulta intentando apartarse del pelirosa.

Aquel que descaradamente mentía diciendo — ¿De que hablas? No te he mordido — Teniendo una mano de su acompañante sobre sus labios, apretando estos como si realmente fueran los causantes de la marca que ahora llevaba en la parte expuesta de su traje.

Cómo forma de burla, Sukuna le mostró la palma de su mano, anteriormente puesta en la piel de la chica. Una boca y de ella la lengua característica y llamativa del varón sobresalía; insultando bajo esa infantil Broma.

La sonrisa que se había plasmado en los labios del varón sufrieron de un fuerte pellizco indoloro. — Fíjate ante quien estás actuando de esa forma tan inmadura.

Más que una amenaza que cualquiera pudo haber tomado como tal, la mujer solo se limitó a insultar, ganándose una sonrisa por parte de varón.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

レンタル彼氏 [ Ryomen Sukuna X Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora