Capítulo 4: Conexiones Virtuales

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Lo que había comenzado como una simple conexión en Twitter se había transformado en una amistad sólida, cargada de emociones. Ambos sabían que lo que tenían era especial, algo que no podían ignorar. A pesar de la distancia, se sentían más cerca el uno del otro que de muchas personas en sus vidas cotidianas.

Para hacer más llevadero el tiempo hasta el concierto, empezaron a encontrar formas de compartir experiencias juntos, aunque fuera de manera virtual. Fue Martin quien tuvo la primera idea.

Martin estaba en su habitación, rodeado de sus bocetos y lápices de colores, cuando se le ocurrió. "Call Me By Your Name". Era una de sus películas favoritas, y había estado pensando en compartirla con Juanjo desde que descubrieron su amor compartido por el cine y la música. Decidió que esa noche era la noche perfecta.

**DM de Martin:**
**Martin**: Hey, ¿te gustaría ver una película conmigo esta noche? Virtualmente, claro. Podemos ponerla al mismo tiempo y comentarla mientras la vemos. Es una de mis favoritas.

**Juanjo**: Eso suena genial. ¿Qué película?

**Martin**: "Call Me By Your Name". No sé si la has visto, pero es… especial para mí.

**Juanjo**: No la he visto, pero he oído hablar mucho de ella. Me encantaría verla contigo.

**Martin**: Genial. Nos vemos a las 9 entonces. Prepárate para un viaje emocional.

**Juanjo**: Estoy listo. Tengo mis palomitas listas y un par de cervezas en la nevera. Nos vemos en un rato.

A las 9 en punto, ambos se conectaron por video llamada. Martin tenía su portátil en la cama, y Juanjo estaba cómodamente sentado en su sofá. Comenzaron la película al mismo tiempo, y durante las siguientes dos horas, compartieron una montaña rusa de emociones. Martin observaba a Juanjo a través de la pantalla, buscando su reacción en las escenas clave. A medida que la historia de Elio y Oliver se desarrollaba, Juanjo se encontró perdido en la belleza de la narrativa, pero más aún en la emoción de compartir ese momento con Martin.

Cuando la película terminó, ambos se quedaron en silencio durante un momento, dejando que los créditos rodaran y la música los envolviera.

**Martin**: ¿Y bien? ¿Qué te ha parecido?

**Juanjo**: Wow… simplemente wow. Ha sido… hermoso. Muy intenso. Entiendo por qué es tu favorita.

**Martin**: Tiene algo especial, ¿no? Esa forma en que captura esos momentos de descubrimiento, de amor… es tan real.

**Juanjo**: Sí, y también es devastador en muchos sentidos. Me hizo pensar en cómo a veces dejamos pasar cosas por miedo o inseguridad.

**Martin**: Exactamente. Esa es una de las razones por las que la amo tanto. Me hace pensar en lo valioso que es ser honesto con uno mismo y con los demás.

**Juanjo**: Gracias por compartirla conmigo. Realmente me ha llegado. Creo que… te entiendo un poco más ahora.

**Martin**: Me alegra oír eso, Juanjo. Y yo también siento que te conozco un poco más.

La conversación se prolongó durante horas. Hablaron de sus películas y libros favoritos, de sus sueños y temores. A medida que avanzaba la noche, ambos sentían una calidez en sus corazones que no podían ignorar. Era como si la pantalla entre ellos desapareciera, dejando solo dos almas conectadas por algo que no podían explicar, pero que ambos sabían que era real.

Una noche, después de haber hablado hasta altas horas de la madrugada, se quedaron en silencio, observándose a través de la pantalla.

**Martin**: ¿Alguna vez te has dormido mirando a alguien?

**Juanjo**: No, no que yo recuerde. ¿Por qué?

**Martin**: Me gustaría probarlo. Contigo.

**Juanjo**: ¿En serio?

**Martin**: Sí. Solo… mirarte, hasta que me quede dormido.

**Juanjo**: Vale. Me parece… bonito.

Y así, esa noche, ambos se quedaron con la llamada abierta, observándose a través de sus pantallas. No necesitaban palabras. Solo miradas, sonrisas, y una conexión que iba más allá de lo físico. Esa noche, ambos se durmieron sintiéndose más cerca el uno del otro que nunca antes, sus corazones latiendo al mismo ritmo.

Los días pasaron, y con cada experiencia compartida, se sentían más unidos. Hicieron playlists el uno para el otro, llenas de canciones que les recordaban a ellos o que simplemente querían compartir. Hablaron sobre sus futuros, sobre sus miedos, y cada vez más, sobre sus sentimientos.

Ambos sabían que el concierto de Amaia sería un momento decisivo, un punto de inflexión en su relación. Pero por ahora, estaban felices de disfrutar de estos momentos compartidos, de seguir descubriendo cada día más el uno del otro.

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