Cruzo la puerta del salón y los veo, se levantan al verme y me sonríen, aunque se ven tensos, tratan de acercarse, pero los ignoro, me siento en la primera fila sin saludarlos y me concentro en la clase, para esto estoy en París, me recuerdo.
El profesor entra y ellos regresan a su puesto, me pregunto si aún los necesito.
Me cuesta concentrarme en la clase, no dejo de recordar el rostro de Taehyung deleitandose en mi, y yo en él. Recuerdo su rostro contraído, su mirada fija en mi, absorbiendo mi imagen, y sintiendolo mientras aspiraba mi olor, compartiamos nuestros besos.
No fue tierno conmigo, fue al grano, tuvimos sexo, mucho y apasionado, pero es tierno conmigo, no es romático, quisiera saber si de verdad ama a la enfermera.
Termino la clase sin poder haber prestado atención a algo, me tranquilizo porque es sobre temas que estan en libros que ya he leído, incluso intervine para corregir con discreción al profesor, quien me sonrió y afirmó agradeciendo mi intervención.
A mi nada me hará desviarme de mi camino, de preprarame y estudiar, simplemente es el día después de que ocurriera lo que jamás creí que sucedería: Taehyung me buscó, me sacó de la pista de baile y me tomó como a su mujer.
Reviso mi teléfono en espera de señales de su parte, pero no lo ha hecho. Muero por ir a su trabajo, por pedirle que me lleve a comer, sin embargo, sé que debo mantenerme fría, no puedo perseguirlo como hice antes.
Siento el agarre fuerte de una mano sobre mi brazo, me giro y veo a la cara a Félix.
—Lisa, quedamos preocupados por ti, no respondias nuestras llamadas o mensajes ¿Quién es ese hombre?
—Mi ex.
—¿Todo está bien?
—Todo está perfecto, solo hablamos y me llevó a casa.
Intenta decirme algo más y con el rabo del ojo veo que se acerca alguien, así que finjo prisa y me alejo de él tomando un camino opuesto, ruedo los ojos porque me pongo a pensar en esa habitación a la que me llevó Taehyung.
¿Qué hace allí? ¿Por qué la conserva? Creo que le ha sido infiel antes a la enfermera, debo averiguar con quien.
Llego a casa y subo la casa pensando que Taehyung no ha cambiado y que sigue siendo un mujeriego, no me gusta la idea. Me gusta pensar que me prefirió sobre ella.
Me detengo al llegar al piso, alzo la vista y abro los ojos sobre Rosé.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás aquí? —pregunto, me pongo una mano en el pecho y avanzo hacia la puerta.
Ella sonrie y da un pequeño salto.
—Te quise sorprender —grita, corre hacia mí, me abraza, intenta besarme, me alejo.
—Vine a estudiar, Rosé.
Su rostro se torna serio, sonríe nerviosa y vuelve a recoger la sonrisa.
—Lo sé, pero no me respondías, pensé en darte una sorpresa.
—Viniste a controlarme, no me gusta que me controlen.
—No, vine a verte, porque puedo, eres mi novia, creí que podía.
Arrugo la nariz y abro la puerta, le hago una seña con la cabeza para que pase, me sigue, aunque su expresión es de contrariedad.
—¿No querías verme?
—Estoy aquí por trabajo, esto lo paga la alcaldía, no es como que pueda traer a mi pareja y pasar unas vacaciones.
—Pagué mi boleto ¿No quieres que me quede aquí?
«Odio las sorpresas».
«Me siento descolocada totalmente», pienso.
Se queda mirandome con los ojos rojos y húmedos, tengo que controlarme, me ha sacado mucho de mi centro la sorpresa de que se prsentara aquí, me cruzo de brazos y relajo la expresión.
—Lo siento, Rosi, no es que no me alegre verte, el trabajo es sagrado para mí, no quiero chismes ni habladurías, ni causar una mala impresión.
—Debí decirte que venía, pero quería sorprenderte. Lo siento.
Acaricio su brazo con gesto tierno y le sonrío, me doy cuenta de que ya no la tolero ni un poco y deseo que desaparezca de mi vista.
Se cuelga de mi cuello y debo volver el rostro para manifestar mi desagrado, es tan asfixiante.
Puede servirme solo para darle celos a Taehyung, entonces se me ocurre llamarle e invitarlo a cenar, necesito hacerlo reaccionar. Separo de mi a Rosé, alzo su mentón y le sonrío.
—Cenaremos hoy afura, invitaré a un amigo para que te conozca.
—¿Ah sí? ¿Quién?
—Ya verás, no comas ansias, ven, dejaré que ubiques tus cosas en mi habitación.
Me pregunto cuánto tiempo se quedará, necesito que se vaya lo más pronto posible. La miro desde la puerta mientras acomoda sus cosas y busca una toalla y ropa para bañarse, tomo el teléfono y llamo a Taehyung.
Mi corazón se acelera ante la expectativa de oirlo. Cierro los ojos y me recuesto de la ventana.
—Lisa.
—Taehyung, ¿cómo estás?
—¿Necesitas algo? —pregunta, siento una punzada en el pecho ¿A caso sugiere que no puedo llamarlo salvo que necesite algo?, no quiero pensar.
—Mi novia está en la ciudad, quiero invitarte a conocerla, ¿quieres aceptar una cena para tres hoy?
No responde, lo oigo suspirar.
—No lo sé...pensé que...creo que quizás quieras pasar tiempo a solas con ella ¿Llegó hoy?
—No necesito estar a solas con ella, me has dejado satisfecha.
—¡Lisa! —grita, me muerdo los labios y sonrio aún con los ojos cerrados mientras escucho el viento y la ducha.
—Solo quiero que la conozcas, tener amigos, salidas, como una chica normal, sé que no tengo derecho a aspirar a eso, pero de vez en cuando me gusta pretender que estoy bien, que soy normal y que tengo una vida como la de cualquiera.
Suspira.
—Eres normal.
—Sabes que no es cierto.
—A las siete puedo pasar por ustedes, conozco un lugar.
—Gracias, te esperaremos, ella muere por conocerte.
Termina la llamada y sonrío, abro los ojos y contemplo el caos de las nubes grises en medio del cielo que oscurece por la lluvia.
Para algo bueno me tiene que servir la inesperada presencia de Rosé, al menos para darle celos a Taehyung.
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