14. El Diablo de Bonten

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- ¿Donde esta Tn? Responda señora -

Tú madre solo temblaba de miedo, discutiendo mentalmente sin saber si decirle a este hombre o no, despues de todo no sabía quién era, ni que era de su hija... Aunque las feromonas de este alfa eran parecidas a las que traía encima su hija en el momento en que llegó a la casa... Aunque las de Sanzu son más agresivas y la hacen sentir más pequeña, diminuta y con el deseo de esconderse detrás de su alfa para que la protegiera...

Sanzu era uno de esos alfas denominados Dominantes, así que estaba segura que incluso su esposo se doblegaria ante la voluntad de Sanzu, no solo porque era un alfa dominante, sino porque toda su persona, ignorando el hecho de fuera un alfa, gritaba peligro.

Sabía que lo mejor era hablar, y aún así las palabras se quedaban atascadas en su garganta obstruyendo el paso del aire.

- lo repetiré nuevamente señora, y agradezca que no lo hago de forma violenta solo por el hecho de que es la madre de mi Reina, así que hágase el favor y hablé...¿Que le pasó a mi Omega? -

- e-el...l-la golpeó...

El rostro de Sanzu se contrajo al escuchar eso...

Como no se había dado cuenta antes...

Su pequeña Omega era maltratada junto a su madre por su padre.

La sangre le empezó a hervir al imaginarla allí, tirada en el suelo, suplicando piedad, mientras ese malnacidos la seguía golpeando una y otra vez, mientras ella lloraba por él, por su alfa para que la salvará... Y él no estuvo allí para ella.

- maldita sea...¿Cual es la habitación de Tn? ¿Donde esta? - su voz salió más desesperada de lo que le hubiera gustado.

- n-no está aquí....e-el la golpeó tanto...que d-dejo de moverse...l-la sangre salía de su cabeza - confesó al final rompiendo en llanto mientras sus piernas flanqueaban y caía al suelo.

El cerebro de Sanzu se desconecto al escuchar eso.

¿Su reina estaba....?

Oh no, nononononono no...

Se negaba a creer eso.

Sus pupilas estaban dilatadas, sus ojos zafiro vagando sin ningún punto fijo en la habitación, no podía ser verdad....

Su reina estaba bien, ella no era tan débil como parecía, ella estaba bien... Estará bien...

Solo tenía que encontrar a donde se la había llevado el imbécil ese para deshacerse de ella.

Si la encontraba todo estaría bien, él la cuidaría a partir de ese momento.

No la volvería a dejar sola, la protegería, la cuidaría con su vida...

La confinaría en lo más profundo de su mansión para protegerla y cuidarla.

Eso haría...

Cuando tú padre llegó abriendo la puerta de golpe, solo encontró una sala vacía, sin ningún ruido, todo tan silencioso, como si no hubiera nadie...

Dio unos pasos adentrándose en la propiedad, cerrando la puerta detrás de si, se quitó las botas dejándolas esparcidas en el suelo, y empezó a caminar a pasos perezosos hacia la cocina.

Tomaría un par de cervezas y luego volvería a salir a algún bar o prostíbulo de la ciudad.

Cuando coloco un pie en la cocina, las fuertes feromonas de otro alfa lo obligaron a quedarse de pie donde estaba.

Se quedó de pie allí, un tanto asqueado por estas nuevas feromonas, como alfa al sentir feromonas que no eran suyas y que además estaban en lo que él consideraba su terreno, lo repugnaba en sobre manera.

Pero había algo más que no le permitía avanzar... Algo que lo mantenía allí en la puerta de la cocina, de pie, y sin poder emitir sonido más que el de su respiración errática.

Y eso era el alfa que lo estaba apuntando con una pistola desde atrás, y el cual soltaba feromonas agresivas hacia él.

- ¿Donde esta? ¿Que hiciste con ella? ¡RESPONDÉ! - exclamó usando su voz de mando

- así... así que tú eres el imbécil que marcó a la zorra de mi hija? - Hablo con dificultad, soltando un gruñido por el exceso de feromonas que inundaban el área.

- zorra? ¿Te atreves a dirigirte hacia mi Reina de manera tan vulgar? - su mandíbula se tenso, y su voz salió grave por la ira que sentía.

- PORQUÉ ESO ES LO QUE ES TN, UNA RAMERA ASQUEROSA, UNA PUTA ZORRA QUE SE METE CON QUIEN SE LE CRUZA POR EL- - fue callado por un golpe de Sanzu directo en su nariz.

- le pediré amablemente, QUE SE ABSTENGAN DE PRONUNCIAR EL NOMBRE DE MI OMEGA! NO QUIERO VOLVER A ESCUCHAR SU BELLO NOMBRE SALIR DE TU MALDITA BOCA! ¡¿ENTENDISTE, MALDITA MIERDA?! - grito agarrándolo por el cuello, mientras sus ojos zafiro brillaban de la ira que sentía en ese momento.

Sanzu sonrió diabólicamente al verlo encogerse de miedo, buscando una salida como un cobarde.

- ahora, me dices dónde la dejaste ¿O te lo tengo que sacar a balazos? - pregunto apuntando con su pistola el cuello del tipo.

- en un callejón... Esta en uno de los contenedores de basura, envuelta en una bolsa negra...- confesó, temblando de miedo.

- bien...- Sanzu lo soltó dando un paso hacia atrás para dar media vuelta.

- donde esta mi mujer?

- ah, ella... Debe estar arriba, empacando sus cosas para irse de viaje a un bonito convento, pero no te preocupes... Tú también tendrás un lindo viaje... Pero al sótano de mi mansión - le sonrió para luego salir de la casa.

El otro alfa quedó en estado de shock, no se esperaba eso... Era una clara amenaza...

Su primer instinto fue correr a la salida... Pero se detuvo a mitad del camino al escuchar pasos suaves en la parte de arriba.

Su esposa todavía seguía en casa.

- maldita bruja seguro me vendiste a ese bastardo para salvarte el trasero! - grito emputado dirigiéndose a las escaleras.

Cada paso retumbando de forma fuerte en los pobres escalones que rechinaban ante el peso y fuerza de los pasos.

Llegó hasta su habitación, arremangado su camisa preparándose para recoger sus cosas, quitarle todo el dinero a su esposa y huir de allí antes de que Sanzu regresará...

- ¡DAME DINERO MALDITA PERRA! - grito abriendo la puerta de un portazo.

- vaya vaya~

- porque gritas imbécil?

Tú padre quedó en shock al ver allí no a su esposa, sino a los hombres que eran dueños del bar que solía frecuentar y en el cual debía dinero.

Los Hermanos Haitani.

- Hablamos con Sanzu y estuvo de acuerdo en que te torturemos un poco antes de que él regrese~

- te romperé los hueso de las piernas por cada dolar que nos debes - agrego Rindou quitándose los guantes.

- n-no esperen no! ¡No!


Lo único que se escuchaban salir de esa habitación, eran gritos de dolor.





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La Omega del Diablo [Haruchiyo Sanzu x Tu] [Yandere]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora