Capitulo 2. Doughnut

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Emma tenía una sensación extraña cuando estaba cerca de Ray últimamente. Estas sensaciones le resultaban bastante agradables. Pero no sabía lo que eran.

Decidió hablarlo con Yuugo. Después de todo, Yuugo era un adulto y él podría saber algo al respecto.

Emma ya no se reconocía. Pensaba en su mejor amigo todo el tiempo. Ya fuera por la mañana, al mediodía o por la noche.

No podía dejar de pensar en él. ¿Por qué pensaba en él? No lo sabía. La joven encontró a Yuugo en su despacho. Se acercó a él.

—¡Señor Yuugo!

—¡Oh, pequeña Antena! ¿Qué te pasa?

—¡Deja de llamarme así! Me llamo Emma!... Bueno... me gustaría hablar contigo... Yo... en realidad... necesito algunas explicaciones...

—¿Sobre qué?

—Ray...

—Mhh ... ¿qué le pasa?

—No, no-no tiene nada que ver con él, pero... cuando estoy cerca de él tengo sensaciones extrañas... empieza en el vientre bajo... y se me acelera el corazón cada vez que me habla y me toca... yo... no sé qué me pasa...

Yuugo rio ante la afirmación de la peli naranja.

—¿Qué? ¿Qué es tan gracioso?

—Ah la la... Mi pequeña Antena, escucha... ¿piensas en él todo el tiempo?

—Sí... mañana, tarde y noche...

—Mhh... ¿Te sientes feliz cuando estás con él...?

—Oh sí, mucho ... Me gusta estar con él ...

—¡Bien, ya sé lo que tienes!

Se acercó a la chica antes de ponerle la mano en el hombro.

—Estás enamorada de tu mejor amigo Emma... y se nota.

Tras las palabras de Yuugo, Emma se puso roja como un tomate. ¿No podía haber sido ella?, ¿Ella?, ¿Enamorada?, ¿Con Ray también?, ¡No podía ser!, ¡Era su mejor amigo!

—N-no puede ser... Ray es... solo... ¡Mi mejor amigo!

—Eso es lo que piensas. Abre los ojos. Afronta la verdad Antena

Con eso, el mayor se fue, dejando a una Emma desconcertada.

Decidió tomar un poco de aire fresco. Aprovecharía para recoger algunas provisiones si las necesitaba. Cogió su arco y salió.

Pero justo cuando estaba a punto de salir, alguien la sujetó por el brazo. Se dio la vuelta y vio al chico que había estado rondando en sus pensamientos.

—Hey, ¿adónde vas?

—B-Bah... fuera... yo...

—¿Eres estúpida o qué?, ¡qué tú salgas sola es peligroso!

—¡Pero Ray... no te preocupes! No voy lejos.

—Iré contigo. No te dejaría salir sola.

Pasó junto a ella y salió. Emma tuvo otra sensación extraña. Su estómago. La sensación era... agradable. Sonrió y siguió a Ray, que ya se había adelantado.

—Oye Ray... tengo una pregunta que hacerte...

—¿Sí?

Ella dudó un momento.

—¿Has... besado... alguna vez a alguien?

Ray se sorprendió por la pregunta de Emma.

—... ¿Estás bien, Emma?, ¿Tienes fiebre?, ¿Qué clase de pregunta es esa...?

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