LAZO (Hyunho)

CAPITULO 2

Hyunjin y Minho se habían conocido cuando ambos estaban en su peor momento.
*Hace tres años*
Hyunjin (en ese entonces rubio), había perdido a su destinado, él había roto el lazo por decisión propia, aún no sabía cómo lo había logrado. Hace un mes que ya no lo sentía ni lo necesitaba. Para entender la decisión del rubio, primero deben saber que su destinado, llamado Jin, era un alcohólico y drogadicto, que se aprovechaba del lazo que ambos compartían y manipulaba a Hyun a su manera. Se encontraban en una relación de abuso de poder, maltrataba física y psicológicamente al pobre Omega. Así que un día, harto de tanto sufrimiento y dolor, el rubio se decidió a terminar lo que sea que tuviera con Jin, no quería eso, la vida era injusta por darle un destinado así, él no quería tener que convivir y entregar su vida a esa persona, no lo merecía. Lloraba desconsolado en el departamento de su amigo de infancia, Seungmin, quién había decidido darle su espacio.
Entonces, sucedió, sintió una gran presión en el pecho, escalofríos recorrieron todo su cuerpo, pensó que estaba sufriendo un infarto pero los síntomas no duraron mucho, apenas unos 5 minutos... Y entonces, Hyunjin lo sintió, sintió la falta del alma de Jin enlazada con la suya, dejó la necesidad de querer ir con él. El enlace se había roto, ya no eran más destinados. Aunque le costó un poco entender lo que pasó, su teoría se confirmó al 100% cuando al pasar al apartamento de Jin por sus cosas, su lobo no sintió nada, sus feromonas ya no lo alteraban, ya no sabía lo que sentía con tan solo olerlo y por primera vez en mucho tiempo, se sintió libre.

Minho se encontraba en su auto, fumando fuera de la empresa que su padre quería que liderara. Minho nunca fue alguien muy ambicioso, pero hacer sentir orgulloso a su padre era lo que más deseaba, aún si tenía que sacrificar su vida para hacerlo o eso pensaba antes de conocerlo. Ese día, mientras fumaba y pensaba, como siempre hacia cuando su padre discutía con él, un chico de cabello castaño y bonitos ojos, con un lunar debajo de uno, le tocó la ventana sacándolo de sus pensamientos. Bajó la ventana y entonces el chico habló:
-Oye, disculpa pero tu coche no deja salir al mío- señalo su coche que estaba detrás del de Lee- ¿Podrías moverlo?
Minho se quedó viéndolo unos momentos, ese chico era realmente hermoso, el más bonito que había visto antes. Además, olía como las flores de cerezo, realmente bello.
Al ver qué el chico en la auto no respondía, Hyunjin carraspeó su garganta, sacando así a Minho de sus pensamientos.
-Ah, si claro- Dijo algo apenado, no sabía cuánto había estado viendo al joven frente a él- Lo siento.
Hyunjin solo sacudió su mano y volvió a su auto, Minho encendió el suyo y avanzó, dejándole la salida libre al chico de ojos bonitos. Esperaba volverselo a encontrar.
Aunque si estaba fuera de la empresa, probablemente trabajaría allí, por lo que un optimista Minho, volvió a la empresa con una sonrisa.
Dos meses después y algunas citas de por medio, Minho no entendía como ese chico lo hacía sentir tantas cosas en tan poco tiempo, estaba fascinado, pero también aterrado, tenía miedo de hacerle daño.
Seis meses después y ya eran novios. Hyunjin (ahora pelinegro) le había enseñado otra manera de ver la vida, se había convertido en la única razón por la cual seguir respirando. Había renunciado a la empresa tras decidir que no era lo que quería y Hyunjin estuvo siempre con él, aún cuando lo había visto en su peor momento, siendo insultado por su padre, el se había quedado,  no entendía por qué, pero lo agradecía.
Un año después y habían decidido mudarse juntos, definitivamente la mejor decisión de ambos, eran felices, el amor sobraba para ambos, pero Hyunjin aún no había aceptado ser marcado por Minho, el pelinegro no quería condenar a Lee cuando aún podía encontrar a su destinado y Minho no entendía, no se creía capaz de amar a alguien más como lo hacía con Hyunjin.
Pero todos decían que los destinados eran el amor mas fuerte y un lazo inquebrantable y que conocer a ti destinado era lo mejor que podría pasarte. O eso decían y la historia de Minho y Hyunjin demostrarian otro tipo de amor y lazo inquebrantable.