02: The Beginning

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Luego de la fiesta Jenna despertó con una grande resaca.
Recordó la noche anterior y sus nervios aumentaron, no sabía siquiera como lo recordaba, pero incluso podía seguir sintiendo lo que sintió cuando se tocaron.

"¿Como pasó? ¿Como logré que eso pasara? ¿Acaso el diablo me poseyó? ¿Ella lo recordará también? ¿Qué haré al verla? ¿Me gusta una mujer?"

Jenna tenía tantas preguntas que no podía ni sabía como responderlas, no quería ni salir de su habitación porque tendría que ver al padre de Emma y no poder decirle nada de las atrocidades y pecados que cometió con su hija.

Salió y intentó tener su mejor cara para saludarlo, raramente no se lo topó en el rancho.

Hizo su trabajo de siempre y su rutina de siempre, ordeñar vacas y alimentar los animales de ahí.
En el último mencionado, mientras sacaba una bolsa de semillas en la noche ya que era lo único que le faltaba por hacer para irse no se dió cuenta como Emma apareció de un momento a otro.

—Emma. ¿Que haces aquí?— La saludó como solía hacerlo siempre, pero esta vez con un tono mucho más coqueto y con una grande sonrisa dejando ver sus dientes.

—N-nada, yo solo, venía a verte... no tengo nada más que hacer así que por qué no? como amigas, obvio.— Lo último le dolió a la pelinegra. Emma con nervios empezó a caminar hacia el mini establo de madera que tenían y Jenna la siguió casi como un perro.

La morena sentía que iba a explotar de tanto que quería decirle y eso era justamente la razón por la que no quería topársela, pero no aguantó. —Ok, Emma... seré sincera, desde que me desperté no me puedo olvidar desde lo de anoche y esta muy mal, esto está mal, pero cuando te veo... pierdo mis sentidos y siento que te voy a bes-
Fue interrumpida por los labios de la ojiazul, fue un beso largo y duradero que se sintió muy corto para ambas, necesitaban más.
Sin ninguna controlándose se besaron mas apasionadamente, la morena pidiendo permiso para introducir su lengua y la castaña aceptando, ese beso mostraba todos los sentimientos de Emma hacia Jenna, un beso real y único, un beso romántico y uno que Emma nunca había experimentado.

Jenna agarraba con fuerza la cintura de la castaña, pero el agarré desapareció cuando escucharon un sonido de arbustos y árboles un poco más lejos de ellas.

Emma se separó al instante. —Alguien nos vió, e-es de día y cualquiera puede andar caminando por aquí.— Habló Emma como confirmación en ves de pregunta mientras se tocaba los labios como si no se creyera lo que acababa de hacer.

—Nadie nos vio Emma, no te alteres.— Respondió la pelinegra tratando de calmarla sin tener mucho resultado.

—Jenna... lo de antes fue una pérdida de mi cordura por unos segundos, cualquiera puede vernos aquí, y dicen algo... Nos colgarán Jenna.— El miedo de Emma se reflejaba perfectamente en sus ojos, ella estaba asustada de lo que le podrían hacer si lo descubrían, estaba consciente de todo lo que pasaría.

—Que nos cuelguen, no me sentía viva antes de esto.— Jenna decidió volver a besarla pero esta vez la castaña no le correspondió y se apartó de la morena.

—No, Jenna es en serio... ¿Y si, el diablo esta en una de nosotras?— Emma era muy creyente en su religión, pues su padre y todo el pueblo era religioso, Jenna lo era igualmente, solo que no cuando le decían a quien o no debían amar, pero eso no quitaba el hecho de que le asustara también.

—¿Emma te estás escuchando? Solo es amor.— Intentó tomar las blancas y delicadas manos de la castaña pero esta nisiquiera dejó tocarla un poco.

—Pero este amor es pecado, este amor puede hacer que nos detesten, este amor puede hacer que nos acusen de bruja, este amor nos puede llevar a la muerte.—

—Lo sé, pero arriesgaría todo para estar contigo.— La pelinegra en serio se quedó flechada con los ojos azules lapislázuli de Emma, y no solo con sus ojos, con su cabello, sus labios, su cuerpo, su personalidad, su delicadeza, sus inseguridades, su bondadosidad, su alma.
Jenna la amaba, y no permitiría que las personas eligieran a quién amar por ella.

—Tenemos reputaciones que cuidar Jenna, te amo... pero no puedo decepcionar a mi padre ni al pueblo, me quieren juntar con Georgie.— Lo último lo pareció decir con incomodidad y rápidez, tragó saliva profundamente.

—¿Qué?— No, no podía ser verdad.

—Mi padre estaban haciendo un acuerdo con el de Georgie de casarme con él, no sé si el plan siga en pie... pero eso es lo que me dijo hace unos días.— La mirada de la ojiazul evitaba la de la morena, sabía que esta se decepcionaría.

Jenna no pudo responder debido a el impactó que le causó lo escuchado y unos segundos más el sonido de la campana del pueblo, eso significaba que toda la comunidad tendría que venir a la iglesia, ya sea por rezar por Dios o por emergencias.
Esta parecía ser una emergencia, nunca hacen misa los lunes.

Las 2 jóvenes olvidaron por un momento la situación y fueron a la capilla a ver que ocurría.

Una vez todos juntos, el sacerdote ósea el padre de Emma, empezó a hablar en el podium. —Señores y señoras, damas y caballeros, déjenme informarle que estos días hay habido brotes de una enfermedad extraña, que causa palidez, ronchas en el cuerpo, picazón en el cuerpo, dolor de cabeza y temblores.
Nuestros remedios no han estado dando resultados de mejoramiento y parecen estar peor los afectados, mi esposa también es uno de ellos y me preocupa mucho.
Además que, lo que más nos ha preocupado es el dicho de la biblia, se los leeré para que se den cuenta de que hablo; "Job 2:6-8 El acusador se alejó de la presencia del Señor, y envió sobre Job una terrible enfermedad de la piel que lo cubrió de pies a cabeza. 8 Entonces Job fue a sentarse junto a un montón de basura, y tomó un pedazo de olla rota para rascarse."
Esto dice claramente que alguien del pueblo traicionó a Dios, alguien cometió un error interminable que a provocado la venida de satanás a nuestro pueblo.— La pelinegra y la castaña se dieron unas miradas de lejos, ambas miradas reflejaban un miedo puro y inquieto.

—Hermanos, confiesen las últimas actividades del pueblo del que no a sido percatado, necesitamos saber qué o quién atrayó al diablo para embrujar nuestra comunidad, el mal no puede seguir afectando nuestro pueblo ni a mi esposa, por el bien de la comunidad.— Terminó su recado y así empezó a hablar cada uno del pueblo en el podium.

Los más jóvenes salieron de ahí por qué se asustarían, Jenna, Emma, y algunos adolescentes más de ese lugar salieron de la capilla con el pretexto de cuidar a sus hermanos pequeños.

Loml (Jemma/Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora