Sinopsis

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"—Entonces lideras Nueva York.

—Así es —respondió con su copa a medio camino.

La reunión le estaba resultando tediosa, casi que una tortura. Pero no iba a decirlo.

—Donovan ha de estar muy hambriento de poder, es increíble lo que ha hecho...adquirir otra organización por herencia —silbó sacudiendo su cabeza, buscando que los demás que yacían en la ronda lo imitaran.

—Bueno, es por lo que hemos trabajado; poder.

—No todo es poder en la vida, Markov —le hizo saber aquel viejo.

—Lo tengo en claro —respondió cortés, contando los minutos en su cabeza que faltaban para regresar a la casa.

De reojo se percató de Eaton acercándose, como lo había prometido. No más de treinta minutos iba a seguir la charla de esos sujetos, estaba allí para cerrar un nuevo acuerdo. Todo lo que dijeran de su familia quedaba por fuera, nadie sacaría una sola información de su boca.

—Caballeros —saludó aquel.

—Eaton, ahora que apareces ¿conoces la historia de cómo Sergei llegó al poder en todo Nueva York? —curioseó el mismo viejo aflojando su corbata.

¿Siempre sería esa la presentación? ¿La manera en la que el Pakhan lo colocó al frente de una extinta organización que ahora pertenecía a la Bratva y debía acodarse con Las Vegas? Porque para eso había acudido al llamado de Eaton, para una nueva mirada del acuerdo que cerrarían. Y para eso estaba instalándose allí por tres meses.

—Claro que la conozco. Es por él que hemos conseguido nuevas alianzas, rutas y mercadería. La Bratva ha cumplido con su palabra, nosotros cumplimos con la nuestra —meció su cabeza colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

La Bratva no había cumplido con su palabra, no aún.

—No queremos que se expandan tanto, eh —carcajeó acompañado de las risas de algunos —, que después colonizan tanto que sería imposible lidiar con ellos.

Sergei tensó su mandíbula, asintiendo con su cabeza. Nada de lo que dijera ese sujeto lo haría saltarle encima y romperles la cara a golpes. Era mejor analizarlo, oír todo lo que tuviera para decir y luego proceder.

—La Bratva es una organización amiga de Las Vegas, por favor —continuó Eaton como si temiera que él explotara.

Debía darle crédito por ello, todos sabían que, si cualquiera de sus hermanos estuviese ahí en su lugar, las paredes estarían manchadas de sangre.

—Claro que sí, pero siempre debemos cuidarnos las espaldas. Nueva York ahora es más grande que Las Vegas, Eaton. Lo sabes muy bien.

Sergei rodó los ojos y miró el contenido de su copa, aburrido. Nadie le dijo que la reunión era discutir con tantos viejos, ya deseaba irse.

—Y eso es importante, beneficia nuestro territorio. Tenemos un aliado fuerte, debemos estar tranquilos.

Tranquilos...sería lo último que le recomendaría, pero no eran tan amigos como para avisarle que no se relajara tanto, que en cualquier momento uno de sus hermanos podía despertar con los cables cruzados y montar una matanza. Muchos tenían suerte que ahora la vida de ellos estaba ocupada con sus familias.

Su reloj vibró. Era momento de retirarse.

—Sergei, una palabra contigo antes que te vayas.

Aquel hombre asintió y se marchó por el largo salón. Una mano en su copa, otra en el bolsillo de su pantalón cargo sosteniendo las llaves de su auto. No entendía por qué, pero eso le daba la certeza de que pronto se iría, solo hacía falta subirse, encenderlo y largarse.

Sombrío auge © (Markov V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora