"Y es que la obsesión era peligrosa.
Pero más peligroso era la persona que ocupaba la mente de esa joven día y noche;
Sergei Markov.
El nuevo socio de su hermano y de su organización.
Lo veía al menos una vez a la semana desde que había llegado a...
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Debió suponer que luego del bochorno en la fuente frente a uno de sus socios, su hermano no la dejaría en paz. No pasaron ni siquiera dos minutos desde que Sergei se subió a su auto marchándose del lugar, para que los rezongos comenzaran.
—...Te lo he dicho cien veces, Sasha, cien veces.
—Es que...es que ha sido el tequila —se defendió pudiendo liberar un poco de la tensión en sus hombros. Era como si cargara tanto peso sobre ella cada vez que él estaba presente.
Cruzó su brazo con el de Eaton, pero él se alejó de inmediato.
—¿Y pretendes que con esto pueda pensar en llevarte a una reunión de negocios? Todos los viernes haces lo mismo. Sabía que debía cambiar el día de la reunión, podía ya imaginarme lo que vendría.
—Solo estuvimos tomando —lo abrazó casi que subiéndose a su espalda. Amaba a su hermano, de eso no había duda, pero lo sobreprotector y las exigencias que ponía en ella eran ridículas —. Sabes que eres mi hermano favorito ¿no?
Eaton jadeó con sarcasmo.
—No vas a salvarte de esto, deja de intentarlo y ve a darte una ducha y a dormir —ordenó metiéndose a la casa con ambas jóvenes.
Ava fue la primera en subir las escaleras hacia la habitación de su amiga.
—¿Por qué se ha ido? —señaló hacia el portón buscando entender el motivo por el que aquel hombre estuvo en esa casa y ella no lo supo. Hubiese enviado su salida al bar a la basura.
Eaton siguió su mirada, y sacudió su cabeza rechistando.
—Porque no tiene tiempo ni una hermana que soportar, por eso mismo. Todo lo contrario a mi ¿Lo entiendes?
Sasha rodeó sus ojos y resopló pasando por su lado para subir las escaleras y marcharse antes de que su cabeza comenzara a doler. Ya no era por el aroma a esa fragancia masculina minutos atrás. Su hermano tomaba el papel de Capo, padre y hermano como si fuese su propia respiración. No veía el momento de que encontrara una mujer y se olvidara de ella, y de controlar todos sus movimientos.
—¿Crees que ahora que tu hermano ha asumido como Capo terminen casándote con alguien importante?
La pregunta de Ava que yacía sobre la cama la hizo fruncir el ceño.
Si, su hermano había tomado el poder de parte del territorio de Las Vegas, el que no pertenencia a la Bratva y que alguien debía reclamar. Rápidamente los rusos se presentaron para entablar las reglas de una convivencia pacífica, negocios que compartir y alianzas inquebrantables.
La orden había sido clara; Sergei trabajaría junto a Eaton para que Las Vegas creciera, y a cambio debían jurarle lealtad a la Bratva. Y todos sabían del poder de esa familia, nadie se atrevería a cuestionarlos si ni siquiera podían pelear con una cuarta parte de su territorio.
