Capitulo XII

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CAPITULO XII—CUMPLIENDO SUEÑOS

Damien Foster

—Y la besé.

—¿¡La besaste!? —todos gritaron en la videollamada, contando con uno de los compañeros de piso de mi mejor amigo.

—Si la besé, le dije que me gustaba y...sólo pasó.

—¿Entonces estáis saliendo? —Zinnia se mordía las uñas con nerviosismo.

—Pues, sí, creo.

—Y yo que quería casarme contigo —mi mejor amigo hizo que se limpiaba lagrimas falsas

—Adam, tío voy a ser totalmente sincero —pauso su compañero de piso mirándole—. Estas como una puta regadera.

—Siempre tan simpático Ethan —él puso los ojos en blanco volviendo a hablar—. ¿Tú no tenías que ir a tus entrenamientos de voleibol?

—Sí, pero cambiaron la hora y...—él se incorporó un poco poniendo una mano en su boca—. ¡Le quiero dar un poquito de por culo a la rata que está de ocupa en mi habitación!

—¡Que te den! —se escuchó el grito de una compañera de piso de Adam.

—Me adora.

—Que romántico de tu parte —mi mejor amiga puso los ojos en blanco.

—Está viviendo en mi casa y duerme en mi cama, ¿cómo quieres que esté?

Si preguntáis, si el teléfono seguía vivo sólo la pantalla estaba algo rota, habían pasado tres días desde que nos dimos el beso, habíamos estado hablando durante estos días, oficialmente nos guastábamos. Llamé a los chicos para hacer algún plan para pasar el día con Jade, mi tía tenía un amigo que era conserje en un museo y le supliqué si podríamos ir esta noche para estar a solas. Accedió mientras no hiciéramos destrozos, todo iba sobre ruedas, sólo faltaba sorprender a Jade.

—Hay maneras de enamorar a las chicas Ethan, no llamándola ocupa y encima rata.

—Es insoportable —Ethan puso los ojos en blanco y se tumbó más.

—Romeo no se si te has dado cuenta de la hora, pero tendrías que ir preparándote.

Miré la hora en mi teléfono y abrí los ojos en grande cayéndome de la cama.

—Aiden, ¿Jade está en casa?

—Sí estaba con mi madre ayudándole a ordenar unas cosas.

—Llegaré allí en unos veinte minutos —le avisé.

—Cuéntanos lo que pase —Zinnia me señaló a través de la pantalla.

—Sois unos cotillas —Kelly puso los ojos en blanco—. Aun así, cuéntanos todo.

—Lo haré pesados.

***

Entré lo más rápido que pude dentro de la floristería. Mi tía estaba apuntando unas cosas en su agenda, pero se detuvo cuando escuchó la campanita que avisaba cuando entraba alguien.

—Tía Amara necesito tu ayuda —apoyé mis manos en la caja viéndola.

—¿Qué necesitas cariño?

—Un ramo de flores, con... —recordé la foto que estaba en el álbum de recuerdos—. Azaleas, Tulipanes, Camelias blancas, Lirios, Claveles, Rosas coral y Lavandas.

Al final si eres un delfín.

—¿Y todas esas flores para quiénes son? —salió de la caja pasando por mi lado.

Caminando sobre las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora