chapter two

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A la mañana siguiente ambos inquilinos de aquella posada despertaron con el canto de los pájaros y los rayos de Sol infiltrándose por la ventana, los primeros rayos de luz de la libertad para el pequeño peliverde y rubio. 

Izuku levantó el rostro de la almohada para tener su primer pensamiento del día, y ese era que no se encontraba en la torre.

Pasó la noche fuera de la torre. De su prisión

Una sonrisa nerviosa se extiende en su rostro, como si de un chiquillo que acaba de cometer una travesura que salió bien se tratase. En cambio aún costado de él algo se remueve. El brazo que rodea su cintura se afianza con más fuerza queriendo pegarlo más a lo tibio de su cuerpo, Izuku se da cuenta que se trata de Kacchan, los rubios cabellos se pegan en su frente y las facciones relajadas producto de un dulce descanso le hacen ver aún más atractivo de lo que es.  

—Kacchan —lleva su mano a despejar la frente de su amado, Katsuki entre sueños sonríe —, ¿qué estas soñando? —se pregunta así mismo mientras se va acercando a aquel bello rostro. —Kacchan, mi corazón esta...

Los sentimientos parecen ser más claros esa mañana para él, su corazón va más rapido a medida que se acerca y esta por tocar la piel de su compañero de habitación. Su compañero. La simple oración le emociona el pecho. Izuku es el compañero de Kacchan a donde quiera que este vaya, pues Izuku no tiene otro lugar donde quiera estar que es al lado de Katsuki.

Sus labios rozan con la comisura de los labios del peliceniza, fue un roce casi imperceptible pero con mucho significado y cuando ha acabado descubre que Katsuki todo este tiempo lo a estado mirando. 

—¿Qué haces despierto tan temprano, Izuku?

Su voz recién despierta es ronca y eso provoca miles de nervios al cuerpo de Izuku. 

—¿Q-qué, yo, despierto? Pfff ¡¿Quién dice que desperté primero?! ¡¿Kacchan desde hace cuanto estas despierto!?

—Desde un inicio, izuku-baka. No soy la jodida bella durmiente para despertarme con un beso.

Los colores subieron por el cuello de Izuku hasta sus orejas, fue rapido y tomó la primera almohada para impactarla en la burlona cara de Katsuki, quién reía por provocar que se avergonzara. Después de un rato de una breve pelea de almohadas Katsuki lo toma de la cintura y con la otra deslizando su dedo índice por el mentón de su peliverde compañero de cuarto. 

—Pero sabes Deku, no me molestaría despertar siempre así. —murmuro, acercando sus labios por sobre los de Izuku sin llegar a tocarlos, afianzó su agarré en la cintura del peliverde para quedar sentados sobre la cama pero no tan lejos de sí. 

—Kacchan... 

Sus corazones van rapido, a la misma par, el aire se respira diferente ahora que están juntos de esa manera, más libres, menos molestos o preocupados por el futuro pues de algún modo, sus ojos reflejaban el deseo del otro; en la claridad de las esmeraldas de Izuku estaba Kacchan y en los rojizos de Katsuki estaba Deku. No había nada más. Habían descubierto lo increíble que era despertar juntos y por fin desatar los sentimientos que estaban encadenando como aquellas paredes los encadenaban a ellos. 

Estaban apunto de besarse cuando de pronto se empieza a formar un ligero bullicio afuera. Ambos se distraen y son conducidos por la curiosidad que se acercan a la puerta de su habitación para ver lo que ocurre afuera. La entreabren un poco, Katsuki se hace espacio para ver mejor. 

—¡Quiero mi dinero, las almohadas parecían rocas, no tuve un buen descanso! —un hombre gritoneaba al pequeño anciano quien trataba de dar una solución antes de devolver todo el dinero.

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⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

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¿Y las doncellas? | BKDK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora