Nocaut

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BLANCA
Bueno, no me entretengáis que tengo que ir a despertar a la señora.

PATRICIA
A la señora, dice...

Murmura con ironía.

Patricia se dirige a escondidas hacia su habitación, los pasillos todavía tienen las luces semi apagadas, son casi las seis de la mañana.

PATRICIA
¡Mierda!

Maldice en voz baja. Alguien se acerca, todavía le quedan unos metros para llegar a su habitación. Se esconde detrás de un pilar, el enfermero pasa de largo. Patricia continúa corriendo de puntillas, entra en su habitación y va directa al cuarto de baño. Se mira en el espejo, su pelo está alborotado, se peina y se moja ligeramente la cara y el cuello con una toalla.

Llaman a la puerta.

BLANCA
Señora Segura.

Dice en voz baja. Patricia se termina de retocar en el espejo, sale fuera, se sienta sobre la camilla y disimula mirándose las uñas. Blanca insiste algo asustada.

BLANCA
¿Señora Segura?

Patricia carraspea, Blanca abre la puerta y asoma la cabeza lentamente.

BLANCA
¡Ay!
Oiga, no me haga esto, ¿eh?
Creía que le había pasao algo.

Resopla. Patricia sonríe nerviosa, sus mejillas están sonrosadas.

PATRICIA
No hay de qué preocuparse, estoy perfectamente.
Estaba en el baño, solo eso.

Blanca entra y mira extrañada por toda la habitación.

BLANCA
Uy...

Patricia se extraña también, la sigue con la mirada desde la camilla sin saber bien qué es lo que busca.

PATRICIA
¿Qué pasa?

BLANCA
¿Qué es ese olor?
¡Qué horror!

Patricia abre los ojos sorprendida. Se huele con disimulo, pero solo acierta a oler ligeramente el perfume de Néstor impregnado en su sudadera. Se sonroja todavía más.

PATRICIA
No sé a qué se refiere.

Blanca frunce el ceño y se acerca a ella olisqueando. Patricia la mira mosqueada entrecerrando los ojos.

BLANCA
¿¡Y esto qué es!?

Saca una bolsa del estante de la mesita que hay junto a la camilla. Patricia está tanto o más sorprendida que Blanca.

BLANCA
Señora Segura, que está prohibido traer comida de fuera, mujer. Puag, qué pestazo de buena mañana, cariño.

Patricia empieza a reírse a carcajadas, Blanca no entiende nada.

BLANCA
¿Le parece gracioso?
No es usted la única que aborrece el menú, ¿sabe? Como se corra la voz, en nada tengo aquí a los del Glovo repartiendo hamburguesas a diestro y siniestro.

Replica con enfado. Patricia llora de la risa sin parar y Blanca la mira fijamente.

PATRICIA
Perdón, perdón.
Es un kebab.
Culpa mía, se lo dije a Biel, de broma, pero este chico es muy atento. Demasiado.

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