Jornada de reflexión

292 21 14
                                    

La acaricia suavemente, ella cierra los ojos y suspira de placer. Todavía le parece increíble estar ahí, viva. En sus pensamientos se repite una y otra vez "he vuelto a nacer, he vuelto a nacer".

NÉSTOR
Patricia

Está tan inmersa en sus pensamientos que le parece oírlo desde muy lejos.

Patricia
Adiós, Patricia
Patricia

EMILIO
Patricia

Patricia sale de su ensimismamiento. Agita la cabeza y parpadea rápido.

EMILIO
¿Todo bien?

Patricia enfoca la mirada nuevamente, está en medio de una rueda de prensa. Se recompone.

PATRICIA
Bien, nada más que añadir.
Muchas gracias.

Emilio la mira extrañado, Patricia le pasa por delante con la cabeza gacha.

PERIODISTA 1
Patricia, ¿cómo lleva los resultados de las últimas encuestas? ¿Le asustan?

PERIODISTA 2
¿Es cierto que tiene que continuar con el tratamiento?

EMILIO
No más preguntas por hoy, por favor.

Se suben al coche, Patricia, con las gafas puestas y gran desgana, se apoya sobre la ventanilla dejando que su cabeza se meza de un lado a otro con el movimiento del coche. Pide ir sola a casa.

Han pasado casi dos meses desde que Patricia convocó elecciones anticipadas. Tiempo en el que ha pasado gran parte del día entre reuniones, disoluciones y demás gestiones burocráticas.

También, han pasado cincuenta y cuatro días desde que vio por última vez a Néstor. Aquella última conversación volvió a abrir una brecha entre ellos, esta vez más bien personal que ideológica, que le pesaba en el pecho como una gran losa.

Ella no quería meter a Néstor en su mundo, no de ese modo. En realidad, le importaba más bien poco lo que el resto del mundo pensase de su relación, pero no quería arruinar la reputación de Néstor. Es algo que le hubiese gustado decirle claramente, pero, haciendo caso a las advertencias de Biel y de Emilio, prefirió esperar a su reacción. El hecho de verlo nuevamente en su papel de médico sindicalista, la hizo recular. No lo estaba probando realmente, pero una vez zanjada la conversación, supo que había hecho bien al no tomar decisiones precipitadas con él.

Imaginarse dejando la Presidencia por un amor de hospital sonaba hasta bonito en su cabeza, lo hubiese dejado todo si Néstor se lo hubiese pedido abiertamente, pero no... lo único que acertó a ver nuevamente frente a ella fue a un desconocido, un contrincante que no pararía hasta acabar con ella.

Llaman al timbre. Patricia está leyendo los titulares del periódico. Se levanta y abre.

PATRICIA
Pasa.

Prepara un par de copas de vino blanco.

BIEL
¿Se puede?

PATRICIA
Tú siempre puedes.

Sonríen. Patricia le ofrece la copa.

Volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora