Cuando Kiri concluyo en la labora de curar mis heridas, todos nos fuimos a dormir. Fue una de las noches en las que no pude conciliar el sueño, pero fingía dormir cada que escuchaba algún sonido cerca de mí; en muchas ocasiones nuestro padre solía darnos caricias antes de dormir, pero esta vez sentía como acariciaba mi rostro con pena y darlo, y algo lejano podía escuchar a mi madre sollozar. A veces incluso, me culpaba por su dolor, el ser un Omega era lo pero que les pudo haber pasado a mis padres, solo los mantenía en una preocupación constante.
Pasando un rato más pude escuchar como todo se calmaba conforme todos los miembros de mi familia y el clan entero iban a dormir. Con mucho cuidado de no despertar a mis hermanos, bajé de mi hamaca y me dirigí fuera de nuestra cabaña; se supone que los Omegas no deben de salir solos por lo general a ningún lado y menos de noche, pero esta vez todas esas reglas no me importaron, solo quería escapar por un momento de ese mundo en el que vivía. De milagro logre burlar a los vigilantes de la aldea y me adentre en el bosque. Ya en un sitio lo bastante alejado, me abrase a mí mismo y comencé a sollozar, lamentándome por mi situación, sin poder hacer lo que yo quisiera y solo siendo un accesorio y amo de casa. No sé exactamente cuánto tiempo estuve así, hasta que me di cuenta de que realmente estaba solo, sin vigilancia o torpes reglas que me dictaran el cómo comportarme o lo que se debería de esperar de mi.
Entonces comencé a correr, sin importarme mucho mis heridas, corrí tan rápido como no lo había hecho en mucho tiempo, me columpiaba sobre las lianas de los gigantescos árboles, brincaba sobre las grandes hojas del bosque. Tanto había avanzado que no me di cuenta de que había llegado a las montañas aleluya. Un recinto tan majestuoso e imponente, al cual solo había podido acercarme en compañía de mi familia, y heme aquí, totalmente solo y libre.
Fui acercándome a través de las enormes lianas que conectaban cada una de las montañas; el llegar a por fin tocar tierra firme observé el hermoso paisaje de mi hogar, a esta distancia se sentía una gran paz, el viento soplaba contra mi rostro de manera suabe, somo si fuera un alivio para mis heridas, las cuales solo en estos momentos ya no me dolían tanto. Pase un rato más en ese rincón, apartado de todo, hasta que escuche movimiento cerca de mí. Rápidamente me di la vuelta, pero no había nada, por lo que me fui acercando al sonido, unos metros más adelante, cerca de un risco, se encontraba el motivo de ese ruido, un Ikran salvaje, y por los colores de su piel intuía que se trataba de una hembra. Estos animales eran una maravilla, siempre me imagine el cómo se sentiría montar en uno de ellos, y volar sobre los inmensos arboles de pandora, pero eso no era una opción para mí, con cuidado me aleje del lugar para encaminarme de regreso a mi hogar.
El camino de regreso fue mucho más difícil ya que no quería regresar, prefería quedarme en el pequeño lugar que encontré. Al adéntrame en la cabaña, de manera silencioso subí a mi maca y trate de dormir, ya que sería un largo día mañana.
Y no fue para menos, ya que el día fue más que pésimo. Al llegar como siempre a la cabaña del pequeño Kame, su padre estaba junto al pequeño en brazos viéndome con una mirada de asco.
- ¿Qué crees que estás haciendo aquí omega? -
-Vine somo siempre a cuidar de Kame señor -Bajé la cabeza en señar de sumisión.
-Ya no lo harás más, no quiero a un omega violento cuidando a lo único que me queda de mi amada esposa- Sujeto a Kame más ceca de su pecho para que no pudiera verme. Levante mi cabeza atónito, era cierto que envidiaba a mis hermanos por tener otras actividades y yo solo ser un cuidador del hogar, pero enserio me había encariñado con Kame, sus ojitos, sus risas, incluso cuando hacia pucheros me parecía lo más tierno que había visto en mi vida, después de Tuk claro.
-No..pero señor... puedo explicar lo que paso anoche solo fue un...-
-¡NO QUIERO ESCUCHAR MÁS, AHORA LARGATE! - Kame al escuchar a su padre tan alterado comenzó a sollozar, y eso activo algo en mí que me motivo a acercarme y querer retirar a kame de los brazos de ese hombre, pero el rápidamente con su brazo libre, todo uno de los míos, el cual aún dolía un poco por los golpes de ayer.
-He dicho que te largues- Su mirada era penetrante he intimidante- No lo repetiré otra vez- Al soltarme pude ver como Kame volteaba su cabecita al escuchar y oler mi aroma, extendió sus brazos para que lo cargara y calmara. En ese momento su padre me soltó de un empujón. Sabía que no me dejaría acércame al él, por lo que solo pude irme mientras escuchaba a Kame llorar a todo pulmón al ver que me iba, sin prestar aparente atención a él, cuando lagrimas salían de mis ojos y un dolor en el pecho se hacía más grande.
Desde ese momento, el día no hizo otra cosa más que empeorar. En mis tareas diarias todos me observaban o hablaban a mis espaldas, incluso otros omegas lo hacían, pero Zola era la única que me apoyaba y estaba a mi lado pese a todo, y mis hermanos trataron de defenderme en ocasiones cunado otros miembros del clan se acercaban a molestarme, pero los detenía, sabía que era lo mejor.
En la noche, mi familia opto por hacer una cena dentro de nuestra cabaña, no era mal visto, aquellos que no quieran asistir a la cena general no eran criticados, pero recibían menos alimento al ser solo un pequeño grupo. El ambiente en mi hogar era tenso, yo solo esperaba un poco de relajación y pasar un buen rato, pero parecía que no sería así.
-Neteyam...debeos de hablar de lo que paso ayer-Pronuncio mi madre con serenidad, sabía que ayer no menciono nada por la situación de mis heridas, pero yo esperaba que solo por un día olvidara el estúpido sistema de castas y el comportamiento- Ya que... debemos de buscarte un Alfa lo más pronto posible-
Mi mirada era todo reflejaba todo lo que estaba sintiendo, impotencia, enojo, y sobre todo tristeza, y lo que más me dolió fue que nadie dijo nada excepto Tuk que de inmediato protesto en contra de madre, ya que no quería verme con alguien que no me hiciera feliz, mire a Loak, Kiri y a mi padre, esperaba que al menos él dijera algo, ya que siempre era el que me incentivaba a no sentirme mal por mi posición como Omega, pero no dijo nada, solo miro al suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
-Madre, dime que es solo un abroma- La mire suplicante.
-Debido a la situación actual debemos de buscarte una pareja, ya que si no lo hacemos es posible que por la reputación que tú mismo te has creado nadie quiera emparejarse contigo, y sabes muy bien que les pasa a los omegas que llegan a cierta edad y no cuentan con pareja Neteyam- Lo sabía muy bien, y prefería la muerte que terminar así, pero emparejarme para ser el Omega de un desconocido me parecía igual.
-Debe de haber otro modo...-
-¡NO LO HAY NETEYAM, ENTIENDE QUE NO LO HAY...Y TU MISMO LO HAS PROVOCADO! - Sus palabras me lastimaban, y que vinieran de mi propia madre era desgarrador. Ya no podía perecer ahí, me levanté con cuidado y salí de la cabaña, escuché que mis hermanos querían seguirme, pero me padre se los impidió diciendo que me dejaran calmarme, y como la noche anterior esquive a loa guardias del clan y me dirigí lo más rápido que pude a mi lugar en las montañas aleluya. Al llegar, solo pude comenzar a arrojar todo loque me iba encontrando sobre la pared de piedra más cercana, parecía un animal furioso, hasta que esa furia se transformó en debilidad y finalmente en tristeza, me senté abrazando mis piernas y acercándolas a mi pecho para que mi llanto menguara, jamás me había sentido tan desdichado en toda mi vida y sobre tos un sentimiento de abandono comenzó a crecer en mí, como si no tuviera a nadie en el mundo que me apoyara.
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My Home II Aonung x Neteyam
Romance"Si eres de la Tierra, conocerás mi mundo, el planeta pandora, una de las lunas que orbitaban un gigante planeta azul. A pesar de tener mil y un informes que puedan llegar a la Tierra sobre mi hogar, el vivir dentro de unos de los clanes que habitan...