¿Podrías darme tu número?

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Conocer a alguien nuevo siempre generaba un poco de nerviosismo, especialmente cuando el encuentro había sido organizado por terceros.

Ese era el caso de Ferran, que ese día "conocería" a la nueva joya de 17 años del Barcelona, Pedri González. La idea había surgido de su agente, quien aseguraba que ese encuentro sería beneficioso para su imagen.

Si era honesto consigo mismo, sentía una mezcla de curiosidad y nervios por conocer al joven canario. Puede que en el pasado hubieran coincidido en un par de ocasiones, pero jamás habían intercambiado palabras ni se habían acercado lo suficiente como para conocerse realmente.

Tenía claro que el encuentro sería grabado para ser publicado, lo que le generaba cierta inquietud. Aún no se acostumbraba a la nueva atención que los medios le brindaban y sentía que debía actuar con precaución en todo momento.

En su mente, imaginaba mil escenarios posibles y trataba de pensar en temas de conversación adecuados.

—¿Nervioso, Fer?— Preguntó Héctor, su agente, sacándolo de sus pensamientos.

Ferran dirigió su mirada hacia el beta a su lado y asintió. No tardó en notar la pequeña sonrisa en el rostro de Héctor, quien le dio un amistoso apretón en el hombro.

—Vamos, no tienes por qué estarlo. Ya verás que ambos harán buenas migas—

—Eso espero...— Respondió un poco inseguro.

—Te advierto que Pedri es algo tímido, pero es bastante agradable

Ferran quiso responder, pero antes de que pudiera hacerlo, sintió cómo el auto en el que viajaban se detenía. Escuchó claramente el "Llegamos" de Héctor, quien abrió la puerta.

Se tomó unos segundos para intentar despejar los nervios que lo invadían. Tomó  aire para relajarse y, sin más preámbulos, decidió bajar del auto, contemplando la cálida playa de Valencia.

Esperaba que todo saliera bien y que el encuentro no resultará incómodo. Dándose los últimos ánimos mentales, se dispuso a caminar en dirección del pequeño grupo de personas que había en la playa.

Había divisado rápidamente a su agente y al camarógrafo, así como un hombre mayor al cual no conocía, suponía que debía ser algún familiar de Pedri, pues este se encontraba muy cerca de él.

Con forme se acercaba a los demás, un ligero, pero agradable aroma captó su atención, no podría decir que era exactamente, aunque tenía claro que era algo dulce.

De cualquier forma, intento no darle tanta importancia, y continuar su trayecto hasta llegar con los demás.

Su agente se encargó de presentarlo, saludo a ambos hombres, dándose cuenta que, en efecto, el joven canario era algo tímido. Apenas y había correspondido suavemente su saludo.

No hablaron más, pues su agente y él padre de Pedri comenzaron una charla, realmente no prestó atención a lo que los mayores decían, estaba más interesado en observar al joven frente a él.

Sabía que el chico era un omega, no era ningún secreto, sin embargo no se veía como uno. No era precisamente pequeño, ni poseía rasgos demasiados finos, a simple vista se atrevería a decir que era un beta.

Sabe que es estúpido pensar de esa forma, pero simplemente no pudo evitarlo. En su familia eran mayormente omegas, los cuales tenían un aspecto muy delicado, por ello le resultaba un poco curioso observar a un omega no tan "delicado". Quizás era por eso que sentía cierta curiosidad por el contrario.

Aunque rápidamente intentó abandonar esos pensamientos, no estaba ahí para juzgar el aspecto del contrario. Para su suerte, su agente había terminado de charlar con el padre de Pedri, por lo que comenzó a dar indicaciones.

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