Preguntas

¿No es esa la respuesta que esperabas?

Junio 2027

Observó su reflejo una vez más, buscando algún detalle que tuviera que arreglar. Su vista recorrió toda su figura, le gustaba como el traje gris se ajustaba a su cuerpo, resaltando los lugares correctos.

Satisfecho con su apariencia decidió que era hora de colocarse la corbata, de forma tranquila pasó la tela por su cuello comenzando a hacer el nudo.

Una sonrisa apareció en su rostro al ver por el reflejo del espejo como Ferran se acercaba a él. No tardó en sentir como el mayor le abrazaba por detrás, así como recargaba su cabeza en su hombro derecho.

—Luces precioso, aunque te verías aún mejor de blanco— Alza una ceja al escuchar el comentario del otro, mostrando una sonrisita irónica.

—Estoy seguro que Fermin no pensaría igual que tú— Regreso a su tarea de amarrar la corbata, escuchando como Fer soltaba una pequeña risa.

—Quizás en este día no, pero en nuestra boda estoy seguro que todos estarán de acuerdo conmigo— Las palabras lograban dejarlo sin habla durante unos cortos segundos, incluso había detenido su acción de amarrar la corbata.

—¿Nuestra boda?— Preguntó una vez procesó lo dicho, apartándose un poco del otro solo para poder verlo a los ojos —¿Esto es una propuesta de matrimonio? Porque déjame decir que es pesima— Una sonrisita burlona acompañó su pregunta.

—Tal vez— Rodó los ojos ante la respuesta, sintiendo como Ferran colocaba sus manos en su cadera y lo acercaba a él.

—Bobo, anda deja de jugar, vamos a llegar tarde— Aún con una sonrisa, intentó apartarse del contrario, para volver a su tarea de terminar de arreglarse, pero al parecer el mayor tenía otros planes.

—No estoy jugando, si por mi fuera nos casamos hoy mismo— Respondió con emoción antes de robarle un beso al menor, quien ya se encontraba ligeramente sonrojado.

No es que le disgustara la idea, pero le sorprendía la declaración del otro, lo había tomado por sorpresa, que le había causado una risita nerviosa.

—Estás loco, Ferri—

—Pero aún así me amas, amore—

—Pero aún así te amo— Aceptó, utilizando ese tono dulce que tanto le gustaba a su alfa, a la vez pasaba sus manos por los hombros ajenos.

Ferran fue quien se encargó de cortar la distancia entre ellos, asaltando los labios del omega en un beso cariñoso, mismo que fue correspondido al instante.

Pedri se dio cuenta que era momento de parar cuando el beso se tornó más apasionado, aunque lo que lo hizo separarse finalmente fue notar como un par de manos se deslizaban desde sus caderas hasta su trasero.

—Ferri, en verdad tenemos que irnos o Fermin e Íñigo van a odiarnos por llegar tarde— Se burló, bajando sus manos hasta el pecho del alfa para empujarlo levemente.

—Vale, vale, ya paro— Cedió no muy convencido, apartando sus inquietas manos de su pareja.

—Cuando regresemos podemos terminar con esto— Murmuró, sonriendo ampliamente al escuchar un energético "Es hora de irnos" por parte del otro, mientras salía de la habitación, aprovecho esto para por fin amarrar su corbata.

¿Quién diría que un pequeño pensamiento en voz alta fuera el inicio de su relación? Y es que después de aquella confesión accidental, no dudó en aceptar el cortejo de Ferri.

Había sido un mes muy lindo, donde Ferran se había sido bastante atento con él. Aquel mes solo le ayudó a enamorarse más del alfa.

Ambos habían acordado llevar las cosas con calma, sin embargo, esto no fue más que una promesa vacía, ambos eran igual de impacientes, por lo que no fue sorpresa para nadie cuando comenzaron a vivir juntos.