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Recordaba muy bien cuando tenía que acompañar a su madre al pueblo para comprar despensa, también para comprar algunas telas. En definitiva era lo que más odiaba hacer y preferiría mil veces estar detrás de la casa jugando a realizar muñequitos de lodo. Estaba tan emocionado de ir, con la sencilla razón de que no iría con sí madre sino con Minho, lo había invitado una tarde a comer. ¿Eso se podría llamar cita? no lo sabía muy bien pero estaba maravillado.
Algo que sorprendió a Minho fue el hecho de que Seungmin conocía a todos los presentes, el cómo los saludaba con una hermosa sonrisa agitando su mano ligeramente. Se sentía celoso, claro, Seungmin podía sentirlo. Indiscretamente Minho rozaba su mano contra su brazo dando a entender que él estaba acompañándolo. Lo hizo sonrojar. Caminando un poco más se encontraron en un pequeño local de postres, decidieron entrar porque el castaño aseguraba que eran los postres más delicioso de todo el estado y del país. De un pequeño vaso de plástico había fresas en pedazos diminutos cubiertos de miel, Seungmin lo tomó feliz, eran sus favoritas. Minho ordenó un pedazo de pastel de mandarinas, era un amante de ese postre.
Mientras comían no dejaban de mirarse tampoco de reírse por alguna ocurrencia de Minho. El castaño se llevó un poco de las fresas a la boca y una gota de miel cayó sobre las comisuras de sus labios, Minho observaba atentamente aquella gota, se estaba burlando de él, de eso no tenía duda. Tomó el valor de llevar su pulgar hacia el labio de Seungmin y quitar cuidadosamente esa gota burlona, para después llevársela a su boca y chupar. Seungmin miraba atentamente cada movimiento que el peli naranja hacía, sus ojos estaban puesto en los labios del mayor, necesitaba besarlos, quería hacerlo.
Obtuvo el suficiente valor acercándose a él con rapidez robándole un pequeño beso en sus labios, Minho se sorprendió, sus mejillas se tornaron rojizas de inmediato pero eso no lo detuvo para acariciar su mejilla y acercarse despacio a Seungmin, cerrando los ojos lo beso, con cuidado hizo que el castaño entre abriera su boca para atrapar su labio inferior. A Minho jamás le ha gustado el sabor de la miel pero ahora probarlo en los labios de aquel muchacho hermoso era el sabor más delicioso del mundo.
-Discúlpame- dijo cuando se separó de él, no levantó la mirada estaba avergonzado.
-No, no, el que debería disculparse contigo soy yo, te bese primero, no quiero que pienses que soy un aprovechado- claro que quería llorar, se estaba siento mal, no debió.
-No lo eres- sonrió, levantó su mano acariciando nuevamente su mejilla, se estaba sintiendo húmeda y ahora su corazón se hizo pequeño-. Minnie, no llores- limpio sus lagrimas con su pulgar.
-. Me gusto besarte, me gusto sentir la suavidad de tus labios. ¿Puedo volver a besarte?
Él asintió dejándose llevar nuevamente, ladeando su cabeza uniendo sus labios en un beso menos tímido. No era necesitado, ni mucho menos en otras intenciones, era un beso inocente lleno de mucho amor. Estaba enamorado, no podía negarlo más. Se sentía en las nubes al sentir la lengua del mayor jugando con la suya, su estómago estaba repleto de mariposas revoloteando.
Después de una hora de mirar cada rincón del pueblo decidieron que era momento de irse, antes de irse Minho optó por pasar a comprar alguna otra cosa. Mientras esperaba, Bangchan corría a su dirección con una sonrisa en el rostro.
-Me doy cuenta del porqué no haz venido a verme- levantando las cejas de arriba y abajo con una sonrisa pícara.
-¿De que hablas?- confundido sonrió.
-Veo que ya tienes nuevo galán, picarón- dándole un golpecito en la costilla con el codo- Pasa tip o dime cómo le hiciste para también conquistar a Jeongin, dios mío, no aparado de rechazarme- embozando un puchero, Seungmin soltó una carcajada apretando el hombro de su mejor amigo.
-¿Cuantos intentos llevas?
-Seis... pero eso no me va hacer cambiar de opinión, verás que pronto será mi novio.
Después de aquello le deseo buena suerte. Minho apareció minutos después tomando su mano para dejarlo a su casa, iban caminando tranquilamente platicando cosas tribales. Se sentía tan seguro estando con el muchacho, y al parecer estaba siendo correspondido algo que su corazón se estaba llenando más de amor por él.
Estaba tan fascinando de haberlo conocerlo aún más a fondo, sabiendo que decidió venir hasta aquí gracias a su abuela, ya que ella estaba preocupada por su salud mental y físicamente, no estaba tolerando que su único nieto estuviese decayendo solo por trabajo. También el saber que amaba la música y que si no fuera empresario sería un grandioso rapero y también compositor.
Realmente anhelaba una vida con él, quería estar con Minho el resto de su vida. No hay dudas.
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