Besos de miel¹ 「 Knowmin 」

🌾. 12

Aquel canal de promoción de algún artículo de cocina se transmitía en la televisión, el volumen era bajo, así era mucho mejor. Olor a pan recién salido del horno a perfumo todo el hogar, delicioso. Los pajarillos cantaban con emoción cerca de la ventana y el viento golpeando suavemente las ramas de los árboles. El tic tac del reloj pegado en la pared eran los únicos protagonistas en el entorno de Seungmin, después fue remplazado por el sonido de las llaves indicando que Minho había llegado. Inhalo el aroma y su estómago estaba feliz.

No hizo mucho ruido para no asustar al menor, solo dejo las llaves coladas sobre el porta llaves y se doblo las mangas de la camisa hasta los codos, acomodó su cabello naranja hacia atrás caminando hacia la cocina. Dio un pequeño vistazo antes de entrar hacia la televisión, algún día compraría aquella sartén que no se pega ni el huevo frito.

Sus manos se deslizaron con facilidad sobre la cintura del menor, amaba la sensación de sentir su vientre muy abultado, hundió su nariz en su cuello haciéndole reírse por las cosquillas que le producía. Susurró un delicado te amo cerca de su oído.

Minho estaba enamorado, demasiado a decir verdad. Mientras lo abrazaba y Seungmin armaba su pequeño pastel los recuerdos llegaron a su mente, él cómo fue que lo conoció, aquellas mejillas coloradas y esa sonrisa tranquila que adornaba su rostro. Se veía demasiado hermoso, incluso, había llamado a Seungmin como una bendición. Los días en Seúl no solo eran estresantes en la oficina sino también porque no creía que iba salir en ese hoyo donde su ex pareja lo había dejado. Porque sí, Minho se enamoró antes de conocer a Seungmin, cosa que después fue una completa porquería al ver que la susodicha solo estaba con él por dinero, le dolió como nunca y eso estaba afectando su vida laboral. El alcohol estaba muy presente y era una de las principales causas en la que en una ocasión perdería su empleo. Cuando puso un pie en el pueblo creyó que iba recaer en el alcohol y qué tal vez solo le traería problemas a su abuela, cosa que ella no estaba enterada de ese problema. Al mirar esos ojitos brillosos creyó volver a nacer, pudo sentir como su corazón que estaba dando los últimos latidos se construía nuevamente y que ahora latía con más fuerza.

Era su salvación, su sanción, su refugio y se volvió aún más cuando supo que sería padre. Mejoró en ese ámbito, la última vez que provocó una gota de alcohol fue en aquella reunión con Félix pero solamente fue un poco porque cuando se estaba llevando el vaso a la boca llevo su mirada hacia a él, todo pasando en cámara lenta, donde Seungmin soltaba carcajadas mientras acariciaba su ventrecito. Quería ser un padre para Changbin y un buen esposo para Seungmin.

Suspiro y lo abrazo con más fuerza —Mi sol— murmuro aún en su cuello.

—¿Por qué lloras, mi amor— Seungmin se volteo para quedar frente a él, quito las pequeñas lágrimas que caían en las mejillas de su prometido.

—Solo...— soltó una sonrisa leve—, recordé cuando te conocí por primera vez. Me emociona el simple hecho de tenerte conmigo.

—¡Owww!— también sonrió acercándolo a él—. Ese día estaba muy nervioso. Eres mi... ¡Ouh!

Se alejó de él quedándose quieto.

—¿Que sucede, cariño?

Tomó su mano y la puso en su pancita quien comenzó a dar pequeñas pataditas, Minho al sentirlas abrió sus ojos con mucho asombro. Al quedarse callados dejó de sentirse y cuando el mayor habló de nuevo las pataditas se hicieron presentes.

—Te está escuchando, Minho— este se arrodilló frente a Seungmin sin dejar de acariciar su vientre.

—Binnoe, mi pequeño bebé, soy yo papá— se podía notar cómo un pequeño bultito se formaba en la piel del menor, esté al verlo sonrió sintiéndose emocionado—. No puedo esperar para verte, voy a cantarte como todas las noches, mi pequeño. Quiero tenerte ya en mis brazos.

Tal vez le arrebataron la vida una vez, pero la vida se la ha devuelto diez veces mejor, dándole un hermosa familia. La familia que protegerá con toda su alma.