"La vulnerabilidad es de valientes".
Había encontrado un refugio en lo que era el anonimato del internet. Después de todo, haber nacido cómo un quirkless en una sociedad que alababa a los héroes lo habían aislado socialmente.
En línea se sentía segu...
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Katsuki lo sabía, sabía que una simple y aunque sincera pero corta conversación con Deku no iban a solucionar todo el asunto que existía entre ellos, después de todo, habían estado años dando vueltas en un círculo vicioso de desprecio, rivalidad y miedo que parecía nunca acabar, pero finalmente...
Al parecer su maldición había terminado.
Estaba decidido a esforzarse para compensar años y años de humillaciones hacia el peliverde, se sentía sumamente culpable por todo lo que había hecho en el pasado, ahora que un especie de karma lo había golpeado para darle una nueva perspectiva de las cosas, quería redimirse, quería comenzar a hacer las cosas bien esta vez y lo más importante, ser honesto con el pecoso y consigo mismo.
Izuku se sentía ansioso, pensaba constantemente cuál sería el próximo paso de su relación con Kacchan ¿Qué pasaría con ellos? Y aunque habían logrado sincerarse y conversar aquel día, sentía que muchas cosas aún no estaban resueltas, no podía evitar tener sus dudas. Sin embargo, las cosas parecían mejorar, el clima transicionaba cada vez a uno más cálido, anunciando el cambio de estación y llegada de la primavera, lo cuál daba una inusual sensación de esperanza para el peliverde. Respira profundamente la brisa del alba, el aire fresco de la mañana invade sus pulmones mientras observa los capullos a punto de florecer en los árboles a la par que caminaba hacia la secundaria, había regresado a clases hace un par de días, se sentía mucho más confiado de volver, sus acosadores habían sido reportados con advertencia de que si se volvían a repetir comportamientos que dañen la convivencia, serían expulsados, además...ahora no estaba solo.
Ahora, tenía a Kacchan, porque a pesar de no haber conversado acerca de todos sus temas sin resolver su chat había vuelto a la vida, superando la vergüenza y sorpresa inicial, sus conversaciones habían retomado la fluidez reconfortante que siempre tenían, causando que ese sentimiento de calidez en su pecho no se apagase. Se sentía nervioso, aunque no interactuaba mucho con el cenizo durante el horario de escuela, no podía ignorar algunas miradas que se intercambiaban entre ellos, cómo ahora parecía que el oji carmesí estaba atento a él, ahora lo estaba mirando, y no cómo si aún fuese ese mocoso asustado, sino, verdaderamente mirándolo a él y eso le daba mucha felicidad.
Al llegar al edificio sigue avanzando por los pasillos, se sentía extrañamente renovado, las cosas por fin habían tomado un buen rumbo para él. Al cruzar la puerta de su salón mira hacia su pupitre y ve algo inusual, una cajita de jugo de naranja sobre la mesa, su corazón parece detenerse un momento mientras se imaginaba lo peor. Kacchan le había mencionado el por qué se había peleado con sus "amigos" esa tarde, resultaba que esos crueles chicos buscaban atormentar a Izuku haciéndole sentir especial con regalos en su pupitre para después humillarlo al revelarle que habían sido ellos, sí, un plan bastante estúpido, pero a pesar de eso, ahora se sentía aterrado al ver de nuevo un presente sobre su escritorio ¿Habían vuelto a hacerlo? ¿Por qué? ¿Por qué de nuevo?
— Oye nerd
Una voz a su lado lo saca de su ensimismamiento, al voltear se topa de golpe con esa intensa mirada color lava, retrocede un poco debido a la sorpresa sintiendo los nervios apoderarse de su cuerpo, no lo había visto acercarse lo cuál lo tenía algo sobresaltado, además ¡Kacchan le estaba hablando! ¡En el salón!.
