Capítulo 1: Indecisión

183 8 0
                                    

Los años escolares son de los que más nostalgia generan a futuro. Dulces memorias, grandiosas experiencias, buenos amigos, y... ¿una guerra?

Los alumnos de la clase 1A pasaron por un camino único en su primer año en la prestigiosa academia de héroes UA. Habían tenido que madurar a la fuerza, y si bien las risas no habían faltado, sin duda había sido una experiencia que les ayudaría en el futuro, dejando cicatrices, muchas de las cuales se podían ver, como en los rostros de algunos, así como internas, las que tardan más en desaparecer y cuyo dolor permanece más tiempo. Por suerte para ellos, el tiempo más duro había acabado. O eso pensaban...

El camino a la escuela, bien conocido por sus estudiantes, traía memorias numerosas y casi nostálgicas, aunque sus caminos habían comenzado hacía poco más de un año. Dicen que los tiempos difíciles crean personas fuertes, y así es... salvo para los que salen más heridos.

Así, nuestros héroes avanzaban al futuro. Uno lleno de acción y luchas. Y así, Midoriya se sentía inseguro. Es increíble cuán distintos y cercanos somos unos de otros y como nuestros corazones parecen unirse a las personas que menos uno espera. El tiempo pasó y continuaron su camino para convertirse en héroes. Pero Aun así, el llamado Deku, estaba dispuesto a avanzar aún más. El viernes, después de las clases, Izuku y Ochako estaban en un costado de UA, a pedido del pecoso, y las palabras salieron de su boca.

- Me gustas, Uraraka-san. - fue la torpe confesión del muchacho de rizos verdes - Desde que te conozco, has sido mi heroína desde el primer momento. - se inclinó en una reverencia - Quiero estar contigo. Quiero apoyarte. Si puedo ser más que tu amigo, te atesoraré y te adoraré.

- D-Deku-kun - la chica no esperaba tal confesión, sentía la cara arder, quería llorar, quería reír, quería salir corriendo y también quedarse con el pecoso. Su corazón latía tan fuerte que creía que podría oírlo su acompañante. Tanto había intentado negar sus sentimientos, y fue justamente eso lo que le permitió unirse a Himiko Toga. Pero no había pensado en avanzar más - Yo... No... - intentó decir.

- ¡No te preocupes, Uraraka-san! - interrumpió el muchacho - Sé que no me miraste nunca de esa manera, y lo entiendo. - Se levantó de su reverencia y mostró una sonrisa sincera y melancólica, con una mirada llena de comprensión. - Te dije esto porque quería ser sincero. Somos amigos, y consideraba poco honesto de mi parte no confesarte mis sentimientos. - dió un paso al costado, mientras rompía el contacto visual. - Seamos amigos. Tu felicidad es lo que más quiero. Sea como sea ese camino, te apoyaré como pueda. - comenzó a caminar en dirección opuesta a la chica dejándola estupefacta, sin saber que decir, que hacer.


0 - 0 - 0

De camino a su hogar, Midoriya aún recordaba sus palabras. Lo había planeado meticulosamente: el viernes al finalizar la clase para que ella no se sintiera presionada a contestarle a lo largo del día, había ensayado frente a espejos y dibujos, y escrito 23 posibles confesiones. Pero terminó optando por la simpleza y sinceridad. Ese sentimiento lo tenía en su pecho hacía mucho tiempo. Y se sentía más liviano. Y aun así, mentiría si dijese que no esperaba ser correspondido. Sí que le hubiese gustado, pero las reacciones de la castaña las habían interpretado como una desagradable sorpresa para ella. Pero la sinceridad es lo que más importaba.

- ¡Midoriya-kun! - llamó Iida, usando su kosei para acelerar y alcanzar a su compañero - ¿Cómo te fue con Uraraka-kun? - cuestionó al notar que la castaña no estaba ahí.

- Creí que tu volverías con ella a casa - respondió Izuku extrañado.

- Creí que TU volverías con ella a casa - le reprochó el de anteojos. Sabía de las intenciones del pecoso de sincerarse con Ochako, y de corazón deseaba que todo pudiese salir bien entre ellos. No creía que fuese posible que la chica rechazara a su amigo, pero ahí estaba él, caminando solo después de la escuela. Los comentarios les hizo darse cuenta de una realidad

A lo Largo de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora