Capítulo 7: Primera Cita, Pt 2

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 El almuerzo continuó, y los agradables sabores calmaron los atribulados y acelerados corazones. Al finalizar dichos platillos, Izuku intentó pagar la cuenta completa, y Ochako se negó intentando poner aunque sea la mitad. Una inofensiva discusión surgió con ellos tratando de conseguir pagar, pero el peli verde terminó ganando. Salieron y fueron rumbo a otro lugar: Juegos electrónicos. Algo más relajados, pasaron un buen momento jugando en máquinas arcade, para luego pasar a juegos más activos, como los de baile, que para sorpresa de la castaña, Izuku comenzaba a moverse bien, y para él, su compañera se movía con la gracia de un ángel.

 Dicen que no es el lugar el que importa, sino con quien lo compartes. Los dos jóvenes descubrieron la realidad de dicha frase esa tarde. Disfrutar de la compañía el uno del otro, en confianza y cariño. De pronto, todo juego era más divertido. El Hockey de mesa tuvo más carcajadas que puntos anotados, algunas personas los veían extrañados o incómodos, pero no lo notaron. La aventura que estaban viviendo era apacible y única. Divertida y tierna para ella. Entretenida y adorable para él. Perfecta para los dos. Los roces casuales entre ellos cada vez les causaban menos incomodidad. Luego de un intenso juego de Golpea al Topo, se sentaron en una de las bancas disponibles, entrelazaron sus dedos, y mientras sus respiraciones volvían a la normalidad, ella apoyó su cabeza en el hombro de su amigo. El acto fue premeditado, y si bien despertó nervios en ambos, les agradaba tanto que no quisieron separarse. Y así permanecieron por lo que fue un hermosa quietud que esperaban no tuviera final.

 El chico pensaba en cómo estaba experimentando algo nuevo. Estar junto a una mujer tan especial, le hacía querer descubrir a su lado lo que era el romance y el amor. Era muy pronto para amar, lo sabía. Para sentir amor, se requiere pasar por mucho más que una tarde en los juegos, pero sin duda, era un buen inicio. Quería amar. Y si se podía, le encantaría enamorarse de quien estaba apoyada en su hombro. Pero en ese momento , aunque aún no había amor, sí que sentía cariño, el cual crecía en su ser. Sin duda, la quería.

 Uraraka pensaba que ese momento era inolvidable. Estar con alguien tan especial era como un sueño. Esa historia que estaban hilando, superaba sus fantasías infantiles. No quería salir de ese lugar, se sentía segura, cómoda y feliz. Ese chico en una tarde la había convencido de no querer dejarlo. Si hubiese podido, habría congelado el tiempo en ese perfecto momento juntos. Pero solo en su mente podía inmortalizar ese momento, uno que no dejaría, lo guardaría dentro de ella como un tesoro.

Cuando se quisieron dar cuenta, el tiempo había volado. Sonó una alerta en el teléfono de Midoriya que mostraba que la hora actual era 18:00 hs. Lamentaron eso, pero Izuku había prometido devolver a Ochako a su hogar a las 19:00 hs. Con algo de desilusión y hasta dolor, se levantaron y comenzaron su camino de regreso. Hablaban de la mano, redescubriendo la emoción de ser correspondidos por su persona especial. Había sido una tarde maravillosa para ambos.

- Uraraka-san - le llamó tras un silencio agradable mientras avanzaban - Estas hermosa esta tarde - confesó sonriente. Lo había tenido atorado en la garganta a lo largo del día, y por fin lo había dicho.

- G-gracias, Deku-kun - algo tenía ese chico que le hacía brotar sentimientos que le alegraban y también le avergonzaban - Tu te ves apuesto. - la respuesta también alegró y ruborizó al chico.

 Una gota de agua en el rostro de Izuku advirtió una inminente lluvia. Antes que fuese tarde, sacaron sus paraguas y pronto las calles quedaron empapadas, y se encontraron con un curioso desafío. Era complicado caminar de la mano con los paraguas chocando entre ellos. La causalidad se encargó de solucionar este problema.

- ¡Midoriya! - una voz masculina que conocían ambos sonó bajo un techo cercano.

- ¡Ochako-chan! - esta vez una voz femenina les hizo mirar en la dirección correcta. Eran Mina y Kirishima.

A lo Largo de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora