¿Y la solución? [09]

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Locochon y Duxo se miraron en silencio, ambos sintiendo el peso de la situación. La risa y los susurros de los estudiantes a su alrededor parecían resonar en sus oídos como un eco ensordecedor. Sabían que la tormenta apenas comenzaba, pero también sabían que debían actuar rápido si querían evitar que todo se saliera de control.

—No podemos quedarnos de brazos cruzados— dijo Locochon, rompiendo el silencio con una voz que intentaba ser firme, pero que traicionaba su nerviosismo.

—Tienes razón— respondió Duxo, intentando sonar seguro de sí mismo, aunque en el fondo estaba igual de perdido que su amigo. —Pero... ¿qué podemos hacer?—

Locochon suspiró, sintiendo la presión acumulándose en su pecho. —Necesitamos encontrar a Estailus. Si podemos hablar con él, tal vez podamos convencerlo de que borre la publicación antes de que esto se salga aún más de control.—

Duxo asintió lentamente, aunque una sombra de duda cruzó su rostro. —¿Y si no quiere? Ya sabes cómo es Estailus. No se detendrá solo porque se lo pidamos.—

Locochon lo sabía bien. Estailus disfrutaba del drama más que nadie, y la oportunidad de tener el control sobre algo tan explosivo como esto sería difícil de resistir. Pero no tenían otra opción.

—Primero lo intentamos, luego veremos— dijo Locochon, más decidido que nunca.

Los dos chicos se dirigieron al patio de la escuela, donde sabían que Estailus solía pasar el rato con su grupo de amigos. A medida que se acercaban, podían ver a Estailus en el centro de un pequeño círculo de estudiantes, mostrándoles su teléfono y riendo a carcajadas.

—Ahí está— murmuró Duxo, con un tono amargo. —Está disfrutando cada segundo de esto.—

Locochon apretó los dientes, sintiendo cómo la ira comenzaba a mezclarse con su ansiedad. No iba a permitir que alguien más dictara su vida. Con paso firme, se acercó a Estailus, seguido de cerca por Duxo.

—¡Estailus!— llamó Locochon, con la voz más controlada de lo que se sentía.

El grupo de estudiantes se giró para mirarlos, y Estailus levantó la vista con una sonrisa que destilaba satisfacción.

—Miren quiénes llegaron— dijo Estailus con una burla evidente. —¿Venían a darme las gracias por mi publicación? Ha sido todo un éxito.—

Locochon no perdió tiempo. —Borra la publicación, Estailus. No tienes idea del daño que estás causando.—

Estailus soltó una carcajada, como si Locochon hubiera dicho algo ridículo. —¿Daño? Vamos, Locochon, solo estoy mostrando la verdad. La gente tiene derecho a saber, ¿no crees?—

—Esto no es un juego— intervino Duxo, tratando de mantener la calma. —Si sigues adelante con esto, podrías arruinar nuestras vidas.—

Estailus se cruzó de brazos, su sonrisa desvaneciéndose ligeramente, pero la obstinación aún brillaba en sus ojos. —¿Y qué gano yo con eso? Este es el chisme del año. No puedo simplemente dejarlo pasar.—

Locochon respiró hondo, tratando de encontrar las palabras correctas. —Si realmente te importa el chisme, entonces sabes que todo esto se va a desmoronar si nos dejas contar nuestra versión. La verdad que tú crees tener es solo una parte de la historia. Déjanos decir lo que realmente sucedió.—

Por un momento, Estailus pareció considerar la propuesta. Sabía que la historia se haría más interesante si había más capas que desentrañar. La idea de tener a Locochon y Duxo en deuda con él también era tentadora.

Love me? | DuxochonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora