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Ni-ki

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Ni-ki.

La vida a los diecinueve no era complicada.

O, más bien dicho, no debía ser tan complicada. Debían ser los años dorados, la paz deleitable y temporal antes del huracán que sería la universidad.

Y así parecía ser para la mayoría: Amores fugaces y fiestas de fin de semana. Risas, eventos escolares, y una desilusión de vez en cuando. La vida a los diecinueve me fue vendida como una auténtica tragicomedia.

Pero mi vida, a un paso de la vida universitaria, no tenía ni una pizca de comedia.

Porque mi vida no giraba en torno a una vida interesante de estudiante de último año. Mi vida giraba en torno a mi boleta de calificaciones, mi estabilidad pendía de un hilo llamado mi puntuación final en Literatura.

Mi vida giraba en torno a una sola cosa, como en el Sistema Solar. El discurso de la graduación con el que había estado soñando desde que tenía cinco años era el Sol. Y yo, como un planeta que solo sabe girar en su órbita, no tenía nada más en mente.

Pero, no sé cómo ni cuándo, mi vida empezó a girar en torno a otras cosas.

Mi Sistema Solar se expandió; ahora tiene dos Soles.

¿Qué hace un planeta ingenuo frente a dos Soles?

¿Alrededor de cuál resulta más lógico orbitar?

¿Alrededor de cuál resulta más lógico orbitar?

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THUMP! | SK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora