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Ni-ki.
Ambos empezamos a caminar por el pasillo, y disimuladamente intento acelerar el paso para librarme del extraño de la sudadera. No es que parezca un chico desagradable, no. En realidad, luce como un tipo bastante simpático, pero no estoy preparado mentalmente como para hacer un nuevo amigo hoy. Mucho menos un aparente universitario. Por Dios, apenas y puedo hablar con los otros chicos de mi salón, ¿y quieren que entable una conversación con un extraño y universitario? No puedo, mi capacidad de improvisar tiene un límite, y ese límite se llama ser social.
Sería más fácil salir de esta situación con Hyunjin. Normalmente él es quien habla con otras personas mientras los demás lo vemos y nos reímos asintiendo con la cabeza.l
Para mi desgracia y sorpresa, él sí parece dispuesto a entablar una conversación.
—¿Por qué el... traje de príncipe? —pregunta, aún con tono cortés. Dejo de caminar un momento, un poco paralizado por sus palabras y un poco para que él me alcance el paso. Cuando está junto a mí, vuelvo a caminar.
—Ah, hay una feria hoy. Creo que... debe saber eso —me río un poco—. La maestra dijo que nos daría puntos extra si nos esforzábamos.
—¿Entonces el disfraz era opcional? —gira la cabeza hacia el patio una vez salimos del pasillo, hacia los puestos que se esparcen bordeando el campo de fútbol— ¿No van a haber más disfraces?
Bajo la mirada hasta el suelo, enterrando la punta de mis zapatos sobre la tierra y volviendo a reír.
—Creo que no. Soy el único que se tomó en serio el tema de los puntos extras —digo, aún riendo. Seguimos caminando, aunque ya no sé a dónde nos dirigimos. Solo sigo los pasos del chico. Debería preguntarle su nombre... Aunque sé que no lo voy a hacer.
Me pongo el abrigo sobre los hombros, para ocultarme un poco de las miradas que me empiezan a caer encima y porque los vellos de los brazos se me empezaron a erizar por el frío. Él se detiene de repente, dándome una última sonrisa con los labios apretados.
—Creo que también eres el único que tendrá una buena calificación en todo esto —ríe un poco, acomodándome la corona de cartón—. Lo del príncipe es una buena idea, es original —me pone su mano sobre el hombro, y me arrepiento de haberme puesto el abrigo. Tiene una linda mano, con dedos largos y nudillos rojizos. Las comisuras en su sonrisa se levantan más—. Me agrada.
Me encojo un poco, aún sintiéndolo sobre la tela. Siento un escalofrío recorrerme toda la espina dorsal. No tiene sentido tener las extremidades congeladas y que mi rostro esté tan caliente. También le doy una sonrisa apretada. El extraño me acaba de dar confianza, la que necesito para humillarme frente a un montón de padres y niños.
—Gracias.
Se aleja despidiéndose con la mano hasta desaparecer tras los puestos de comida. Me pregunto quién es y si se quedará en la feria, y realmente espero que no, porque no quiero humillarme explicándole los tiempos verbales en un traje azul si llegara a pasar por nuestro stand. Pero tampoco quiero que se vaya. Quiero que se quede y que no se le ocurra pasar por nuestro puesto.
Quiero poder verlo a lo lejos y decirle a Hyunjin que ese es el chico atractivo que me topé yendo a los baños.
Me dispongo a ir a nuestro stand, saludando a Yunjin y a Chaewon a lo que paso por el área de Matemáticas. Al final sí se vistieron de signos matemáticos. Yunjin es el más, Chaewon es el menos y Yuqi se está adentrando entre dos pedazos de cartón rectangulares para ser el igual. Debí decirle al extraño que, al fin y al cabo, sí hay personas que se tomaron en serio lo del punto extra. Que no soy el único imbécil.
Llego al stand, y los demás ya tienen todo preparado. El resto de carteles ya están pegados en la pared, los juegos y los premios están ordenados sobre la mesa y los tres se pusieron insignias con sus nombres en el pecho. Hanbin y Hyunjin me miran con las bocas abiertas, acercándose y mirándome desde todos los ángulos existentes, soltando gritos ahogados demasiado exagerados. Pongo los ojos en blanco, enrojeciéndome más.
—Dios, Ni-ki. Te ves increíble —dice Hanbin, sonriendo y poniéndome las manos en los hombros.
Hyunjin finge que está a punto de desmayarse.
—¡Arrodíllense frente al príncipe Nishimura Riki! —exclama, con los brazos extendidos en el aire— ¡El príncipe más bello del reino Tiempos Verbales!
—Dios, cállense —los empujo, empezando a reír. Ellos rompen en carcajadas. Jeongin también se acerca y me pone la insignia en el pecho con ayuda de una pinza.
—Te ves bien —dice, acomodando la insignia. Sonríe un poco—. Aunque eres el príncipe más bajito que he visto.
Lo golpeo en el pecho y los tres volvemos a llenar el stand de carcajadas poco disimuladas. Es verdad que soy el más bajo entre los cuatro y que fui quien tardó más en dar el estirón, pero no estoy tan mal. Simplemente se quedó como una broma interna entre nosotros. Los puestos que tenemos a los lados nos dan miradas molestas y curiosas, pero nosotros no paramos de reír. Agarramos los papeles en los que tenemos escrito lo que dirá cada uno, pero antes de poder practicar la exposición, escuchamos como la música se desvanece y alguien le da unos golpecitos a un micrófono, haciéndolo chillar por todo el patio. Algunas personas se tapan los oídos.
—¡Chicos, su atención por favor! —la vicerrectora Jung está parada sobre el escenario, moviendo sus manos para que la vean— ¡Estamos a punto de abrir las puertas, así que tengan todo listo!
Si aún no abrían las puertas, ¿cómo entró el extraño de la sudadera?
Le damos una leída rápida a nuestras notas y guardamos todo, ubicándonos detrás de la mesa, listos para humillarnos. No pasa mucho tiempo para que una horda de niños que no miden más de un metro entren corriendo al patio. Hyunjin me da unas palmaditas en la espalda.
—Luzcámonos, príncipe Nishimura.
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THUMP! | SK.
Fanfiction𝗦𝗨𝐍★𝗞𝗜: ❝No quiero quedarme sin un Sol. ¿Qué es un Sistema Solar sin su Sol?❞ Kim Seonwoo, tras no ser aceptado en la universidad, empieza a trabajar como maestro suplente en el colegio Saint Clair. Nishimura Riki, el mejor estudiante de su gen...