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La primera de su nombre



aemma's perspective



La Isla de Rocadragón fue una vez hace más de un centenar de años el asentamiento de la Casa Targaryen, quienes habían huido de la Antigua Valyria tras un sueño profético de la princesa Daenys. Así que construyeron un nuevo hogar en esta isla, que actualmente, solo estaba embrujada por todas aquellas almas que murieron durante la 'Batalla de Rocadragón' al final de la Danza. Solo supe que todos los del bando de mi tía, la princesa Rhaenyra Targaryen, habían muerto junto a sus dragones y cayeron en las aguas cercanas. "Esto debe de ser un cementerio de dragones y jinetes" pensé al sobrevolar la zona a lomos de Gaelithox.
Di un par de vueltas sobre la isla para admirar lo bien que habían reconstruido la Fortaleza de Rocadragón que Rhoynax quemó hasta sus cimientos, mi madre no quiso entrar en más detalles durante la reunión del Consejo Privado y solo ordenó que se comenzase la reconstrucción.
Diciendo que era nuestro sitio ancestral y debía de ser mi hogar un día, al ser la Princesa de Rocadragón. Más bien de un castillo cenizas antes.
Además de que mi tío, el príncipe Aemond estuvo supervisando la obra desde hace meses.

Aterrice minutos después en las cuevas de Rocadragón, donde los dragones solían quedarse si no salían a dar un paseo.

—Buenos días, su alteza, hemos preparado la comida en el comedor por si tiene hambre.—me informó uno de los guardias que me esperaba.

—Es un alivio, justo tenía ganas de comer.

Me limité a seguir al guardia que me mostró la mayor parte del lugar, el cual a mi memoria seguía bastante parecido. Aunque algunas de las estatuas de los dragones o los tallados de la pared que solían haber aún estaban en construcción, más algunos detalles de las salas principales. Sin embargo, ya tendría yo tiempo de explorar este lugar al que tendría que llamar hogar en cuanto encontrase a mi esposo.

—Gracias, ¿Ser...?

—Ser Dean, su alteza.

—Le agradezco por el tour de hoy.

—No hay de qué.

Este se retiró, seguro esperando en la puerta del comedor, dejándome en mi privacidad. La mesa era grande, con la intención de ser utilizada para comidas o cenas familiares, repleta de manjares pero solo un plato puesto para comer. Me hacía sentir nostalgia y extrañar la presencia de toda mi familia, ya que casi siempre comíamos o cenábamos todos juntos. Pero esta vez, me encontraba sola, sin nadie más que acompañarme.


—Esto está bueno.—murmuré, yendo directa al pastel de limón después. Mi favorito y el que más le disgustaba a mi tío.—Le diré a la cocinera que haga más de este cuando venga más adelante.

Disfrutaba de mi pastel de limón cuando una persona se acercó, escuche el tintineo del agua en una jarra. Asumí que era la copera o alguna sirvienta que había venido a rellenar mi copa. Cuando levanté la cabeza, vi a mi hermano mayor, el príncipe Baelon Targaryen. Pensé que estaba alucinando, pestañeé un par de veces.

—¿Baelon?

—Has crecido mucho Aemma, te has convertido en toda una adulta y digna heredera de nuestra madre.—dijo.—¿Te has estado cuidando a ti misma como me prometiste que harías?

𝐅𝐎𝐑𝐓𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora