4.4-El Clan blanco

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La forma en la que me estaba mirando él, me causaba una corriente de miedo, no me dejé intimidar en lo mínimo me quedé observándolo con firmeza y valentía, me preguntaba de dónde estába sacando fuerzas para no correr. Tomé una respiración profunda sin apartar mi mirada del par de ojos qué también me causaba un miedo profundo

—¿Qué as dicho?— preguntó con frialdad

—Qué no hace falta un vampiro para qué tomé su sangre su líder— dije con sarcasmo, él no dijo nada dio unos pasos más a mi quedando a una mínima cercanía de los dos, su cabello negro estaba rebeldemente desordenado, pequeños mechones caían sobre su rostro

—¿Tienes idea de cómo conseguirlo?— asentí con la cabeza—¿cómo lo harás?— no respondí, me agache frente a él para sacar de uno de mis zapatos una pequeña navaja, al ponerme de pie de nuevo puede notar cómo sus mejillas estaban algo rojizas

—¿Pasa algo?— pregunte confundida, él evitó mi mirada

¿Qué pasa con él? ¿Aparté de frío loco?

Con esto pudo hacerle una pequeña cortada en su palma señor— dije con una sonrisa sobre los labios, él me dió una mirada antes de mirar la navaja sobre mis manos

—No.— su respuesta me dejó paralizada, había dicho no

—¿Qué..?

—Tengo un problema qué arreglar, mandaré a uno de mi clan con lo que vienen a buscar ahora esperen aquí.— me quedé inmóvil por unos minutos los suficientes para ver visto cómo se volvía a sumergir a lo oscuro de la cueva

¿Problema que arreglar? Su carácter es él que debería de arreglar, loco mal humorado, los segundos se volvían oró para mí casi estába por preguntarle a Kara cuándo una segunda figura salió de la cueva, esta vez era uno más, cabello blanco y un par de ojos azules brillantes

—Mi líder me dijo qué les diera esto—observé su mano con atención, Kara tomó el pequeño frasco qué nos ofrecía aquel sujeto de ojos hermosos—No hay necesidad de acompañar al escudo, nos vemos luego humanas.

Seguí a Kara dándole un último vistazo a chico de cabello blanco mientras seguíamos con nuestro camino de regreso, al pasar el escudo el frío en mi cuerpo desapareció en un instante, levanté mi mirada para darme cuenta qué ya estaba el atardecer, en total silencio seguimos con nuestro caminó a casa Kara no dijo ni una sola palabra a todo lo que había pasado, cómo es qué yo había dicho con firmeza y valentía palabras contrarias al líder del clan blanco.

Mientras seguía en nuestro caminó el suspiro de Kara me hizo sentir culpable de su silencio, nunca había causado una reacción en ella como esa

—No te sientas culpable de nada Lana, esta bien.— su voz estába llena de cansancio puro—estoy cansada— asentí con la cabeza antes de acelerar mi paso junto a Kara

Cuando llegamos a casa el atardecer ya no estaba la noche había llegado y ni siguiera pude ver otros lugares pero agradeceré por conocer a los lobos en persona gracias a que Kara me llevó con ella, cuando entramos me apresuré a dejar las cosas sobre la mesa para ir a quitarme la capucha para que ninguno de mis padres o Frans se diera cuenta de qué salí sin su consentimiento

KARA TRIANG.

Los pasos en la cocina se hicieron presentes, mientras seguí ordenando las cosas para el todopoderoso el cálido aliento de la persona que conocía perfectamente me recibió con suavidad, no me giré seguí en lo mío con total silencio y tranquilidad.

LAS TRES REYNASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora