Mara es autista.
Tiene miedo de empezar el año en la nueva escuela, con gente nueva. Sobre todo después de haber tenido malas experiencias en sus anteriores escuelas.
Pero, al contrario de lo que ella pensaba que podía suceder, todo el mundo la trat...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Hola! ¿Qué tal?
Me llamo Mara Ember.
Y me gustaría contarte los momentos que viví en mi último año de secundaria en la nueva escuela.
¿Por qué quiero contarte esto?
Ciertamente, no lo sé. Quizás me pareció divertido y entretenido. Y porque ha sido un año especial para mí, debo admitir.
Después de las malas experiencias en las anteriores escuelas con mis antiguos compañeros, hizo que realmente no tenga nada de interés en lo nuevo que vendría con mi nueva escuela. Aunque si sentía miedo, inseguridad e incertidumbre ante todo...
Realmente no quería volver a vivir una mala experiencia. Sin embargo, estaba dispuesta a intentarlo.
«Solo una vez más.» Me repetía a mi misma.
Afortunadamente pasó lo contrario de lo que más temía. Todos me trataron bien. Esa escuela era un ambiente cálido y sano.
Conocí a un grupo de chicos y chicas y se hicieron mis amigos.
¡Eso me hizo muy feliz!
Santiago, Ailén, Valentino, Lara y Cristian me aceptaron tal cual era: Una persona autista.
Si, autista.
Siempre había sentido miedo de decir la palabra "autista" en voz alta. Era difícil para mí, incluso con mi nuevos amigos, ya que siempre que lo decía por alguna razón terminaba siendo víctima de abuso escolar, acoso y que me juzgaran por mi condición, alegando que mis capacidades eran limitadas.
En resumen, una tonta y rarita.
Y la verdad es que yo me consideraba una persona normal. Con defectos y virtudes. Con una personalidad única.
Aunque sí, era "especial" en muchos ámbitos de la vida.
Por ejemplo, a la hora de comer o de vestirme.
Al momento de entender un tema en específico.
Al valorar cosas que quizás a la mayoría le parecían irrelevantes.
Cuando no entendía lo que sentía, ni mucho menos expresarlo.
Por el hecho de que no era apegada a las personas, ni siquiera con mi madre. Pero eso no quería decir que no sea capaz de amar a nadie.
Y la mayoría de las veces no puedo controlar mi tono de voz o mis expresiones faciales (esas a veces hablan por mí). O que no me gusta que me toques si no tengo un vínculo especial contigo.
También me cuesta abrir las tapas de las botellas, la mayoría de las veces alguien tenía que terminar haciéndolo por mí.
Entre taaaantas cosas más.
Me he sentido feliz al darme cuenta de las personas maravillosas que me han rodeado de un día para otro. Era lo que siempre había deseado, que alguien más, además de mi hermana y mamá, me aceptarán y me quisieran como soy.
Por lo que me tocó ser.
Con mis dificultades y mis fortalezas.
Pero, ¿sabes?
No soy la única "diferente" en mi grupo de amigos, ni en el mundo. Considero que mis amigos también son diferentes, únicos, especiales. Cada uno a su manera, con sus personalidades y estilos de vida.
Cómo todos en el mundo, ¿no?
Por lo que esta es una historia de adaptación, aceptación, pero también de amor y amistad.
Y como todas las historias, reales o no, con un poco de drama también.
Asi que espero que a ti te guste, tanto como a mí.
Saludosss.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Feliz día del estudiante a los que son estudiantes.🥰
