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Jaekyung no era capaz de despertar, realmente no quería hacerlo.

Incluso cuando la luz del sol lastimaba sus ojos incitándolo a abrirlos, cuando sintió que la textura de la manta que jalo para cubrir su rostro era completamente diferente a las que usaba normalmente, cuando notó que la cama era considerablemente reducida, aun cuando percibió un aroma que hacía 7 meses atrás no tenía cerca, no le interesó nada de eso.

¿Sabía en dónde se encontraba? No quería preocuparse por tonterías. ¿Recordaba lo sucedido la noche anterior? Tanto que sonreía entre sueños. ¿Sería capaz de verlo a la cara?...

-Se-señor Joo- una temblorosa y familiar voz le hizo dar un respingo.

Agradeció tener el rostro cubierto sintió que su corazón se detenía y le resultaba más difícil pasar saliva por su garganta, quizá se debía a la falta de oxígeno pero la tranquilidad que hace unos instantes lo inundaba se había esfumado por completo haciéndole caer en la realidad.

No quería verlo, le aterraba pensar en un Dan sobrio frente a él, su mente estaba en blanco y no se sentía capaz de dar alguna clase de explicación. ¿Había una manera lógica de aclarar aquella situación? ¿Una en la que no quedara como un acosador?

-Señor...

Jaekyung sintió a Dan aproximarse a él, lo que provocó que en un acto completamente exagerado de su parte se levantara de golpe aventando la manta a un lado, provocando que un temeroso castaño diera un paso hacia atrás. ¿Jaekyung sintió miedo de qué Dan lo tocara? Como si no hubieran puesto sus manos sobre el otro más allá de lo apropiado.

Juntando todo el valor posible el pelinegro giró su rostro para encontrarse con el castaño, este le sostuvo la mirada unos escasos segundos para después girarse con la excusa de dejar su ropa sucia en un cesto.

Dan tenía el cabello húmedo y llevaba ropa diferente a su pijama de antes, si se bañó debió darse cuenta de lo que sucedió en la noche ¿no? Después de todo se quedó dormido con los calzoncillos... húmedos.
Entonces debía saber lo que pasó, y si sabía lo que pasó sabía que fue con él ya que era el único en su cama y su roomie no estaba por ningún lado.

-Creo que ya debería irse.

-¿Por qué? - preguntó antes de darse cuenta, claro que debía irse, ni siquiera debería haber dormido allí- ¿Y no me preguntarás que hago aquí?

Dan seguía dándole la espalda, hurgando en sus cajones como buscando algo, como si cualquier cosa fuera más importante que la persona sentada en su cama.

-Amm no, no creo que sea necesario- su voz era tan baja, casi como un susurro.

Aún así fue imposible que su respuesta no sacudiera a Joo Jaekyung, un hombre de 1.93, que posiblemente pesaba dos veces lo que Dan, a quien no había visto en meses, que resaltaba más que cualquier otra cosa en aquella habitación y aún así su presencia resultaba irrelevante para el joven frente a él.

- Así que es normal para ti despertar con un hombre al lado y simplemente echarlo a la mañana siguiente- dijo mientras se colocaba los tenis.

-Eso no es de su incumbencia.

-Claro que no lo es- terminó de atar sus agujetas y se levantó- sabes, anoche no parecía molestarte tanto mi presciencia.

Para cuando terminó su oración ya se encontraba respirándole al castaño en la nuca, conteniendo sus manos para que no envolvieran su delgado cuerpo contra el suyo.

-Supongo que fue tu manera de agradecerme por salvar tu ebrio trasero una vez más- susurro en su oído.

De un asotón Dan cerró el cajón que al parecer solo revolvía y sin demorar demasiado se dio la media vuelta quedando frente a frente con el engreído pelinegro que lo miraba fijamente.

A G A I N [JINX MANWHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora