A G A I N [JINX MANWHA]

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'Cause once you give and then you take
You'll only end up wanting

Dan nunca quiso demasiado en la vida; cuando era más pequeño se debía a que no conocía más allá de lo que estaba dentro de las posibilidades de su abuela, ignoraba lo que ocurría a su alrededor y aun si llegaba verlo no lo entendía. Con forme fue creciendo comenzó a notar que existía más en el mundo, pero nada de ello le interesaba demasiado, a veces percibía las mirada de lastima de algunos compañeros y al día siguiente le llevaban almuerzos preparados por sus madres.

Sin que él lo pidiera recibía aperitivos comprados en la cafetería escolar e invitaciones cada día a comer en una casa diferente con la excusa de ayudarlos a estudiar, antes no lograba entenderlo, solo pensaba que le agradaba a todos porque era amable, una vez creció entendió todo pero no sabía concretamente que era lo que les hizo actuar así.

¿Fu el saber en donde vivía? Quizá era porque sabían que vivía solo con su abuela, era demasiado delgado y una vez le advirtieron que tenía problemas de desnutrición pero no fue el único al que se lo dijeron. En un punto se preguntó si tal vez debió sentirse ofendido por aquello, pero se dio cuenta de que pudo haber sido mucho peor al escuchar historias crueles de compañeros en la universidad, realmente era una persona afortunada.

Si fuera por él le bastaría con vivir para siempre en el mismo cuartito, comer comida sencillas todos los días, tener trabajos pequeños y calmados que le permitieran pasar tiempo con su abuela y cuidar de ella; porque a fin de cuentas ella era todo lo que necesitaba.

Pero no tardo demasiado en percatarse de la realidad, mientras el crecía su abuelita envejecía lo que traía nuevas necesidades las cuales no había previsto; medicinas, revisiones medicas, la necesidad de un espacio más amplio, limpio y cómodo. Mientras más lo pensaba incluso el aire que respiraban no era el idóneo para una persona de mayor edad.

Fue egoísta al imaginar una vida simple como lo mejor para ambos, estaba a poco más de un año por lo que debía pensar correctamente que sería lo mejor. Había escuchado de chicos de su vecindario que viajaban kilómetros para realizar trabajos en el campo, sin embargo aquello no le permitiría estar cerca de su abuela y no podía dejarla sola por si acaso los usureros tenían una "mala racha" y decían hostigar su vivienda más de lo normal.

Tenía sobre él la presión de su abuela soñando con que su nieto fuera gran profesionista, la mujer le insistía día y noche en que estudiara tanto como pudiera, que no se preocupara por nada más que aquello pues tenía que ingresar a una buena universidad. Le parecía algo molesto, pues desde su punto de vista aquello solo retrasaría sus deseos de darle estabilidad a la persona que había dado su vida por el aún cuando no le correspondía pero en el fondo sabía que era la única forma de obtener buenos ingresos sin hacer algo que pusiera en riesgo su integridad.

¿Pero que podía hacer? No era especialmente bueno en ninguna materia, además debía pensar en algo corto, que no resultara costoso y para lo que además no necesitara hacer largos.

Pero antes de que todo aquello se volviera un verdadero dolor de cabeza para el las respuestas callaron sobre sí como una brisa refrescante limpiando todo rastro de incertidumbre y desaliento. En su misma escuela, en un día como cualquier otra y realmente sin previo aviso se instalaron numerosos stans de escuelas post bachillerato que ofrecían diversas carreras técnicas para personas a las que se les dificultara poder llevar una carrera en una universidad normal, justo como el.

Podía elegir entre repostería, serigrafía, artes visuales y otras cuantas que lucían las como pasatiempos que verdaderas carreras. Pero entre todas ellas estaba la fisioterapia, le llamó la atención la presentación de dicha carrera y la explicación de esta, después todo llevaba años dando masajes a su abuela debido al cansancio que experimentaba y está siempre le decía que tenía buena mano.