Felices cuatro años... Hoy hace cuatro años estábamos en aquel monte, era una noche preciosa porque se veían miles de estrellas y como de costumbre mi corazón se sentía feliz por estar a tu lado.
Me temblaban las manos, la voz y no sé cómo me atreví a pedírtelo. Ese día recuerdo sentirme el hombre más feliz del mundo...
Hoy cuatro años después hubiera deseado escribirte esto pero con un concepto diferente, hubiera deseado escribirte esta carta estando ya prometidos y habiendo vivido un año que yo lo tomaba como muy importante, nos hubiéramos ido por Madrid y por Marrakech y seguramente algún otro sitio hubiésemos visitado, tal vez hoy celebraría nuestro aniversario viviendo contigo en algún piso y tal vez volvería a sentirme el hombre más feliz del mundo porque tiene al amor de su vida...
Pero...
Para que negarlo, han pasado más de 270 días y no has vuelto, ni siquiera me has hablado ningun día, aún sigo esperando verte para hablar y tal vez resolver algo que veía fácil... Te fuiste por un mensaje en el móvil y me borraste tan fácil que a día de hoy sigo preguntándome si tan malo he sido porque he pedido a la única persona que no quería perder.
Aqui estoy al borde del llanto pensando en ti una noche más y es que desde que te fuiste ya van más de doscientos relatos o cartas o poemas que te escribo y la verdad es que aún no leíste no una. He deseado dia y noche mandártelos pero es que si viera que aún leyendo lo que te escribo cada noche no me hablas o no haces nada, sería como romperme el corazón otra vez.
Aquí estoy soñando contigo cada noche, todos los días paso por el lugar que te conocí, cada tarde cojo tu foto que tengo guardada en mi cartera y me quedo mirándola un rato recordando cuando todo lo veia de otro color.
Aquí estoy amándote y tu ya estás con otra persona, ojalá el sea pasajero y algún día vuelvas, ojalá no te enamores de el y si por cualquier cosa vuelves a enamorarte... Ojalá y te enamores de mi otra vez.
Te echo tanto de menos.... Pero tanto tanto ...
Que hay días que al sol ya no le apetece brillar y le da protagonismo a la luna para que la oscuridad transforme esté horrible pesar.
Mi deseo este cuarto año es que seas feliz, superfeliz porque duele no tenerte pero más dolería no tenerte y verte mal.
Y ahora como cada noche cerraré los ojos y volveré a la noche en que te conocí hasta que mi despertador vuelva a sonar y tenga que volver a la realidad.
Y como en cada mes y aniversario, coloco una rosa negra sobre este altar recordando cómo el amor de mi vida se fue...
Y ya no volverá.
Te amo...
