--5: Hunting

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| We gotta run |

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    POR INSISTENCIA DEL REY, la princesa heredera Rhaenyra decidió quedarse unas cuantas semanas más en Desembarco Del Rey, ya que recién habían arribado y sería una pena que se vayan tan pronto. Aunque Aurora realmente deseaba que se esfumaran, no tuvo otra opción más que guardarse sus palabras y seguir su vida, pero a la par de sus queridos sobrinos.
  Aemond tenía un humor de mil infiernos, se había distanciado un poco de la familia, pero con su hermana menor seguía todo exactamente igual. Ya que el hombre la obligaba a entrenar junto a él para perfeccionar sus habilidades, cosa que estresó a la mujer, la cual se estaba hartando de ver a su hermano sobreexigirse cada vez más.
  Helaena realmente no le daba mucha importancia al asunto, seguía normal, cuidando a sus hijos y a sus insectos, a veces con la compañía de su hermana, a veces no ya que esta también tenía sus labores. Aegon había olvidado por completo la noche anterior, tomó tanto que sus recuerdos fueron nulos cuando la luz del sol se coló por su ventana.

  Aurora, por su parte, había adquirido el humor de perros de su segundo familiar más cercano. Su rostro se mantenía serio la mayor parte del día, sus labios ligeramente modificados con un puchero y sus cejas fruncidas. Estaba molesta con el príncipe canalla, con los hijos bastardos y con la mayoría, exceptuando a Helaena. Se cuestionaba que hubiera pasado si se les ocurría pelearse unos minutos antes, con la presencía del legítimo rey en la mesa.
  No había parado con sus actividades por más fastidiada que esté, seguía con sus adoradas clases de bordado, canto y valyrio; aunque este último ya lo tenía mayormente dominado, siempre le fue genial con el idioma.

Habían transcurrido dos días desde lo acontecido, algunas veces Aurora se sentaba en el palco junto a Helaena cuando esta tenía tiempo, básicamente a observar los entrenamientos de sus hermanos (y esposo), incluyendo a los dos castaños que tenían de sobrinos. La dama verde sólo se dedicaba a soltar alguna que otra carcajada burlona al observar los errores que cometían los hombres al entrenar, causando el calor en las mejillas de Lucerys, y el enojo en Jacaerys.
  A este último le irritaba tanto ser motivo de los chistes y burlas que soltaba la platinada, en sí desde que llegaron al reino, no había parado de repudiar cada acción que la involucraba. El único momento donde le agrado su compañía fue cuando compartieron una danza tradicional en aquella cena, pero fue claro que se esfumó al instante esa comodidad, ya que al día siguiente la dama no hizo más que demostrar su mal humor ante ellos, o al menos él. Ya que parecía ser un poco más suave con Luke, lo cual también le enojaba porque juraba que era pura falsedad.

  Con él parecía tener un odio personal, y tampoco le sorprendía. Hace seis años que por accidente le desgarro la piel por todo el antebrazo, y desde ese entonces no había encontrado la manera de disculparse; aunque no tenía planeado hacerlo.

How Did It End? | Jacaerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora