003

4 1 9
                                    

Jackson's pov:

Me encontraba desayunando, solo, como siempre. Mis padres se iban a trabajar mucho antes de que me levantara para el colegio. Bueno, no estaba tan solo, tenia a la mucama pero tampoco era la compañia mas agradable. Era vieja, una mirada que te hacia temblar de lo horrorosa que era, unas canas inocultables, y un montón de verrugas y granos por toda la cara, en una sola palabra: Horripilante.

 Era vieja, una mirada que te hacia temblar de lo horrorosa que era, unas canas inocultables, y un montón de verrugas y granos por toda la cara, en una sola palabra: Horripilante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Andaba deambulando por los pasillos, de camino a la biblioteca, si, yo, Jackson White, iría a una biblioteca a hacer algo por primera vez en su vida. La profesora de química dijo que tenia las peores notas que habia visto en sus 20 años de carrera.

Al doblar en una esquina, me choque fuertemente con alguien. Despues de recuperarme del golpe logré reconocerla; Keila Lee. Un raro sentimiento me recorrió. Probablemente arcadas, o eso espero.

Una sonrisa apareció en mis labios. —Oh, parece que la china está mas distraida que de costumbre —dije con tono burlón.

Me acerqué a ella, acortando la distancia entre nosotros, me apoye contra la pared y crucé los brazos sobre mi pecho. Mi mirada la recorrio de arriba a abajo. —¿Por qué tan distraída, china? ¿Te has perdido en tus pensamientos sobre mi de nuevo? —susurre con un toque de sarcasmo.

—En realidad estaba tratando de recordar quien era el insecto que me molestaba en el almuerzo el otro día. Oh, espera, ese eras tú —respondió con sarcasmo.

Solté una carcajada y me acerqué aún más. —¿Te crees muy lista, eh, china? Pero dejame decirte que tú pequeño insulto no tiene el impacto que crees —dije bajando la voz —En realidad,  estoy bastante impresionado por tu habilidad para mantener la calma frente a mí —susurre en su oido.

—Bueno, a diferencia de ti yo puedo mantener la calma incluso ante las mayores molestias —expresó en tono desafiante.

Escuche a una persona aclarar la garganta. —¿Interrumpo algo? —dijo la profesora de química, maldita química. —Creo que usted tiene mejores cosas que hacer que acosar a la alumna, señor White.

Asenti tratando de ocultar mi irritación, y le di una ultima sonrisa a Keila, antes de susurrarle al oido. —Supongo que tenemos cosas pendientes. —guiñe

——————————————————

Estaba sentado en la mesa de la biblioteca, rodeado de libros del tamaño de un rascacielos. Mi rostro lleno de frustración y estres.

Intenté concentrarme en las diferentes formulas y mierdas raras que habia, pero nada parecía tener sentido. Frunci el ceño y pasé una mano por mi cabello.

—Eso parece tenerte estresado —dijo una voz femenina poco irreconocible.

Levanté la mirada y logré ver a una chica castaña, cabello largo, pecas, ojos marrones, delgada.

El juego del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora