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Keila's pov

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Keila's pov

Traté de abrir los ojos con dificultad al sentir el rayo de luz que entraba por el ventanal.

Miré a mi alrededor y me paralice, claramente no era mi habitación.

Al darme la vuelta mi corazón dio un vuelco al encontrarme con la mirada de Jackson fija en mi.

Dios mío, no tenia camisa, ¿y por qué carajos yo estaba solo en brasier?. Una cama, dos personas, sin camisas...

—¿Qué carajos pasó ayer?

Bostezo. —Bueno, follamos cómo dos animales, nada importante —dijo con tono despreocupado.

Mi mandíbula se tenso. —¿Me estas hablando en serio?

Soltó una carcajada. —Obvio no, idiota. Te quitaste la camisa en la madrugada, según tú estabas muerta de calor. Y bueno, por mí no tienes que preguntar, es mi casa.

—¿Y cómo por qué no te creo?

Sonrió. —Bueno, tal vez quieres que sea real lo de antes y te niegas a verlo como algo falso.

Rodee los ojos.

—Obvio no. ¿Dónde está mi camisa?

—Ni idea, por ahí, supongo.

Suspire y me levanté para buscarla por la habitación.

Jackson's pov

Si soy sincero, habia dormido cómo un bebé, y así fuera un hormonal de la mierda, no le toque ni un pelo.

Aunque no podia negar que Keila tenía algo que me llamaba la atención, tal vez su habilidad para responderme siempre con sarcasmo, o su magnífica inteligencia. O tal vez esos ojos rasgados que por alguna razón no podia dejar de ver...

—La encontré —expreso mientras se colocaba la camisa y se sentaba a mi lado.

¿Por qué ese simple acto me pareció algo hermoso?

Ahora estábamos los dos sentados junto al otro, mirando hacia el frente, sin decir ni una palabra.

El ambiente era tenso y Keila parecía estar sumida en sus pensamientos, y sinceramente, yo no sabía que decir ni como romper el silencio.

Nuestras miradas se cruzaron por un milisegundo, pero la aparte con rapidez.

Miles de pensamientos cruzaban por mi cabeza.

«¿Por qué la veia atractiva?»

«Y por qué mierda sentía un sentimiento raro en el estómago al verla?»

Volví a verla. Se mordió el labio, y finalmente rompió el silencio.

—Eh, Jackson...

—¿Sí? —respondí con voz ronca y un poco distraído por los pensamientos que se apoderaban de mi.

El juego del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora