Capítulo 52

3 1 0
                                    


Nota: Una vez más este capítulo tiene un formato diferente al contar con dos pov's. La alineación hacia el lado izquierdo, es el punto de vista del primer personaje mencionado en el encabezado (Alannie), mientras que el del lado derecho, es el segundo (Grayson). De todas formas, una línea (______ ° ______ ) marcará el cambio.

Al salir, Grayson se encontraba junto a la pared esperando por mí, y al verlo acercarse sabiendo lo que diría, decidí ser más rápida y hablar primero. 

(______ ° ______ )

—No vayas.

No pude evitar reír ante sus palabras.

—¿En verdad me estás pidiendo tú esto?

(______ ° ______ )

—Grayson, si te atrapan...

—No lo harán— decretó confiado.

—Eso no lo sabes, además, tu elemento aún no...

Llevó su mano a la pared detrás de mí, provocando una ráfaga helada que me hizo dar un paso al frente hasta quedar pegada a él.

—Mi elemento está bien, gracias por tu preocupación.

(______ ° ______ )

En ese momento, enfriar la madera tras ella fue lo más que pude hacer, pero eso no tendría por qué saberlo.
—No intentes pelear en esto Bel. Puedo ser tan necio como tú si me lo propongo.

(______ ° ______ )

Me mantuve junto a él a pesar de que el frío en mi espalda había desaparecido. Sus ojos sobre los míos. Su respiración mezclada con la mía. Aquella sensación extraña y conocida a la vez apoderándose de mí.

—Prométeme que de ser necesario— murmuró acomodando los mechones sueltos de mi cabello. —Saldrás de ese castillo sin el libro.

—Es importante— respondí con mi atención sobre su mano. 

(______ ° ______ )

—¿Desde cuándo te interesa tanto esta lucha? —pregunté curioso manteniendo mi mano en su mejilla.

—Debo honrar a aquellos caídos siguiendo su lucha, ¿no es eso lo que me dijiste? —preguntó con fingida inocencia, y no pude evitar sonreír.

No era necesario, pero aun así me incliné más hacía ella para que me escuchara.

—No trates de usar mis palabras en mi contra, Alannie, o ayudaré a Aiden a mantenerte aquí. 

(______ ° ______ )

Su mano bajó como una caricia hasta descansar detrás de mi cuello, lo que me hizo perder el hilo de la conversación por un segundo.

—¿Acaso no recuerdas quién ganó nuestra última pelea? ⸺le recordé divertida, pero mi voz no salió con tanta fuerza. 

—Fue una pelea limpia, pero no esperes que sea tan cortés si eso te mantendrá a salvo.

—¿Cortés? —lo desafié, pero sus ojos sobre los míos, cargados de una seriedad que no podía ignorar, borró mi sonrisa.

—Las reglas eran claras en ese momento. Pero la reina no juega para cumplirlas, y yo tampoco lo haré si eso te mantiene segura.

—Grayson— tomé sus manos con fuerza tratando de disipar su preocupación. —Voy a volver, y más te vale estar esperando por mí. 

—¿Con quién me aventuraría a cruzar este reino si no es contigo?— me devolvió una sonrisa que no alcanzaba a disimular la sombra de preocupación en sus ojos. —Confíaré en que sabes lo que haces— decretó al fin. —Así que vamos, tenemos que ir por Karan.

Sin soltar mi mano, caminamos para alcanzar a los demás, y en ese instante, me sentí valiente.  

Ciudades prohibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora