03 [EDIT]

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El silencio de la habitación contrastaba con el corazón agitado de Jimin. Su vista seguía fija en la ventana, se ha asegurado de cerrarla 4 veces, pero está segura de que escuchó que se abría. Conoce este sentimiento, lo conoce tan bien cómo cree conocer a la causante, a su pesadilla, y a quien desearía no haber tirado como algo desechable, lo cual nunca será. 

Una gota de sudor bajó silenciosamente por su frente hasta descender por su cuello. Tragó duro, incluso el sonido fue muy fuerte. 

Apretó sus dedos en las blancas sábanas. Tomó valor y se levantó para revisar por quinta vez esa noche. 

Estaba cerrada. Tal cual lo sabía. 

No había indicios ni de estar forzada, estaba bien. Soltó un suspiro y se dejó caer al suelo, soltó una risa sin gracia. Parecía una mala broma, una de esas que dejan a todos en silencio y con el sabor amargo de vergüenza ajena en sus huesos. 

—¿Me estoy volviendo loca? —Preguntó, su voz sonaba cansada. Quería llorar, no podía creer que sus episodios de paranoia regresaran, mucho menos cuando el Dr. Junmyeon le retiró el medicamento. 

Llevaba 3 días así, desde esa noche nefasta con Jaehyun. Incluso no lo ha visto en el trabajo hoy, no sabe exactamente qué le sucedió, pero tampoco quería parecer entrometida, así que no preguntó a ninguno de sus colegas por su sorpresiva inasistencia (él no falta, incluso ha llegado con fiebre).

Sintió su labio inferior reseco, pasó su lengua y sintió las lastimadas en él. Fue incómodo, necesitaba regresar a sus citas regulares con Junmyeon, ya eran mensuales, pero no cree soportar ese sentimiento angustiante más tiempo, tiene que evitar recaer, hundirse. Haewon necesitaba a su madre, necesitaba ser fuerte por ella, por su hija. 

Se quedó dormida cerca de la ventana, mirándola fijamente como si algo fuera a aparecer.

–¿Qué te sucedió?

Jaehyun miró su brazo y luego a Jimin, levantó ambas cejas—. Oh, me caí de las escaleras. Ya sabes, vivo en un viejo edificio, se fue la luz repentinamente y tropecé con la alfombra del pasillo.

Jimin hizo una mueca de disgusto—. Dios, ¿y estás bien?

El mayor miró a ambos lados, notando esas miradas cero discretas. Sonrió amable—. Hablemos luego, tengo trabajo.

Yoo pareció entender la situación. Ninguno quería rumores de que tuvieron algo, pero no podía no sentirse preocupada al respecto, después de todo, él sigue siendo su colega y amigo. Era normal.

Asintió y lo dejó ir a su escritorio.

Hablaron después del trabajo, tomaron un café, Jimin lo acompañó a su departamento y eso fue todo. Pero sintió algo picar en su interior con cada interacción, como si no debiera hacer nada de eso.

El traqueteo en el bus la acompañó en armonía con sus pensamientos, mirando el paisaje cambiar abruptamente. El autobús frenó repentinamente haciéndola golpearse contra el marco de la ventana.

Soltó un quejido mirando desconcertada un poco de sangre en el vidrio. Subió su mano y sintió algo caliente. Era sangre, y era suya.

Miró de nuevo el marco en donde se golpeó y vio que estaba quebrado, y justo cayó ahí.

Algo simplemente se sentía mal.

La cosa siguió empeorando y la tenía con los pelos de punta. Esa sensación desagradable en la boca del estómago, una sensación constante de peligro. Aunque bien podría ser su paranoia asumiendo todo como una señal o ella misma provocando tales situaciones, hizo su esfuerzo por creer su propia lógica. 

Obsession || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora