05: Aléjate de mí

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𝐉𝐮𝐝𝐞

Me valía aunque sea tener esa tregua con Giada. Es una chica atractiva, de ojos oscuros y cabello largo y castaño. Desde el primer momento que la vi me llamó la atención de una manera especial. Supongo que eso se llama atracción física. Por eso siempre trato de estar cerca de ella, ganarme su confianza y poder considerar la idea de tener algo lindo. Sé que es arriesgado, pero Giada era una de esas personas que te hacían perder la locura y querer seguir apegado a ella por el resto de tu vida.

Me gustaría regalarle el cielo y las estrellas, tatuar su sonrisa en todas las galaxias o incluso dedicarle mi vida entera. Me gustaría darle todo, pero por ahora lo único que quiero es su compañía. Por ahora, me conformo con el sonido de su risa.

Miro la pantalla con atención. Estaba muy metido en la película. Hablé con Giada sólo tres minutos, después de eso, ambos continuamos con nuestras tareas. Ella decidió cerrar los ojos y descansar. Respeté su decisión y no la busqué para una conversación animada. Le di su espacio. Así que no tuve mejor opción que ver una película.

Sin previo aviso, siento como si algo tocara suavemente mi hombro. Me sorprendió un poco. Miré para ver qué estaba pasando y encontré a Giada apoyada en mí. Ella dormía tranquilamente y parecía muy cómoda. La encontré tan tierna que no pude apartarla. Sonreí ante la hermosa imagen que estaba presenciando. Tenía sus auriculares puestos. Tenía una manta encima para protegerse del frío del aire acondicionado y una almohada rosa decoraba su cuello. Su cabello estaba un poco despeinado y su rostro completamente relajado.

Ella estaba completamente relajada ante mí, y aunque me encantaba verla nerviosa y confundida cuando estaba cerca de mí, me encantaba la sensación de verla relajada cuando estaba cerca de mí.









































































































































































𝐆𝐢𝐚𝐝𝐚

El sol brillaba intensamente, las gaviotas volaban en el cielo y el mar estaba en calma. Las vistas desde el barco eran admirables. Bárbara estaba a mi lado. Mi amiga me miró con complicidad mientras jugaba con su cabello.

—Gigi, sé que Jude es un chico muy guapo y todo eso, pero ¿realmente crees que deberías estar tan molesta por él?

—Lo sé. Quizás me esté excediendo un poco, pero sabes que no puedo arriesgar mi trabajo en el club. No quiero que haya malentendidos—suspiré angustiada.

Bárbara me dirigió una mirada escéptica y una sonrisa traviesa. Era imposible no decirle cómo me sentía cuando el británico estaba cerca de mí. Ella fue quien me lo mencionó porque dijo que le parecía extraña cuando Jude estaba cerca.

—Pero, ¿por qué no puedes ser amiga de Jude como lo eres con los otros jugadores? No tienes que dejar que una atracción lo arruine todo.

Pensé en sus palabras, repasando la relación que tenía con los demás futbolistas. Pero con el centrocampista es diferente. La atracción que sentía por él era muy real, intensa, y temía que un paso en falso pudiera arruinarlo todo.

—Es complicado, prefiero mantener una distancia.

Ella simplemente puso los ojos en blanco divertida, aunque entendió mi preocupación.

De Madrid al cielo • Jude Bellingham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora