Capitulo 8

6 1 0
                                    


<¡Crack!>

Un fuerte y rápido golpe resonó en el aire, seguido por un chorro de sangre roja que comenzó a gotear.

—¡Ahhh!

Alta se llevó las manos a la nariz, cerrando los ojos con fuerza por un momento. Al ver la sangre correr por sus palmas, abrió los ojos de golpe y explotó de ira.

—¡Ese maldito bastardo hizo trampa de nuevo!

—Si el que cae es un tonto, ¿qué esperabas...?

Alta había querido que Tae-iu respondiera a su ataque directamente, luchando con fuerza bruta. Pero Tae-iu no tenía ningún interés en enfrentarse de frente, sabiendo que perdería. No era una prueba donde los puntos se ganaban con habilidad justa, ni un entrenamiento donde tenía que recibir golpes sin más razón.

En lugar de eso, desvió el ataque de Alta con un movimiento ágil y aprovechó la oportunidad para darle un golpe directo en la cara, provocando todo ese alboroto.

Mientras Tae-iu escuchaba a medias los gritos de Alta, hurgó en sus bolsillos y le ofreció un pañuelo. Pero, de repente, una mano grande como una tapa de olla vino desde atrás y le dio un golpe fuerte en la nuca.

—¡Ay!

Sosteniéndose la nuca, que ahora le dolía muchísimo, Tae-iu se dio la vuelta con lágrimas en los ojos. Allí estaba Carlo, que acababa de terminar su pelea con su oponente y lo miraba con una expresión mitad divertida, mitad molesta.

—Si sigues usando trucos baratos, algún día te va a salir el tiro por la culata. ¡Hazlo bien, de una vez!

—...Ay... Ya me lo has dicho cinco veces, y esta es la sexta vez que me funciona usar trucos.

Tae-iu murmuró con un tono de queja. Alta se acercó inmediatamente y comenzó a gritarle al oído.

—¡Si lo hubiera sabido antes, no me habría pasado!

—Si lo sabes de antemano, ni siquiera usando estrategias directas te van a atrapar.

Tae-iu hizo un argumento bastante razonable, pero Alta seguía furioso, gritando sin parar.

Tae-iu murmuró "Está bien, ya entendí" y se alejó unos pasos. Fue entonces cuando se tropezó con alguien que estaba justo detrás de él y se detuvo en seco.

—Ah, lo siento.

—Fíjate por dónde andas. Y dile a ese ruidoso de tu equipo que se calme un poco.

La persona con la que se había chocado frunció el ceño mientras le hablaba. Era alguien de otro equipo.

Tae-iu lo miró con las cejas alzadas y una expresión perpleja, mientras el tipo seguía su camino, sacudiéndose el hombro que había chocado.

—¿Y ese qué?

—Es uno del equipo del Instructor Golding. Un tipo odioso.

—¿Lo conoces?

—Conozco su cara y su nombre, pero si preguntas por una relación personal, entonces "no lo conozco".

Carlo se encogió de hombros y negó con la cabeza. Alta, devolviendo el pañuelo que ya había dejado de usar, murmuró que su actitud era realmente fría.

—¿Ha pasado algo malo con el otro equipo? Todos parecen un poco tensos.

—Nada en particular, pero tampoco hay mucho de bueno. Siempre ha sido así.

Lirios RojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora