Capitulo 15

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Ese día, desde la mañana, se respiraba una atmósfera tensa. Desde el momento en que Jeong Tae-iu dio un paso fuera de su habitación, sintió en su piel la aguda presión que flotaba en el aire. Con casi la mitad de los miembros de la sede en Sudamérica, el edificio, que ya de por sí se sentía vacío por la poca gente, parecía aún más desolado. Sin embargo, la creciente tensión hacía que la sensación de silencio pasara desapercibida.

Mientras caminaba hacia el baño, Tae-iu notó las expresiones rígidas en los rostros de las personas que encontraba. "No es como si viniera un grupo de enemigos mortales, ¿por qué están tan tensos?" Pensando esto, se rascó la cabeza y entró al baño. Allí, encontró a Tou cepillándose los dientes, quien, con el cepillo aún en la boca, lo saludó murmurando:

—Oye, Tae. Te levantaste tarde. ¿Ya empacaste todo?

—Estás salpicando... sería mejor que escupieras antes de hablar —murmuró Tae-iu mientras daba medio paso atrás. Tou rió y continuó cepillándose los dientes. Al menos este no tiene esa cara larga como los demás. Verlo así me tranquiliza, pensó Tae-iu mientras se acercaba al lavabo junto a Tou. Abrió el grifo de agua caliente y se mojó el cuello.

—No tengo mucho que empacar. Solo llevaré lo puesto más tarde.

—Mmm... pero te vas a quedar por quince días, ¿seguro que no necesitas nada más?

Tou enjuagó su boca mientras hablaba pausadamente. Tae-iu, como otros miembros, debía desocupar su habitación antes de la noche. No era solo él, sino varios otros miembros que estaban en la misma situación. Esto se debía a que los miembros de la sede europea estaban llegando, y quienes compartían habitaciones con pocas personas debían mudarse temporalmente a otras.

El sábado por la madrugada, aquellos que se dirigían a Sudamérica partieron hacia el aeropuerto, y solo quedaron quienes se quedaban en la sede. Así llegó el domingo. Normalmente, habrían disfrutado de su día libre, pero el ambiente no lo permitía. En unas horas, un grupo de personas, tan odiado como enemigos jurados, llegaría en masa.

Tae-iu se mudaría a la habitación de Tou, ya que uno de los compañeros de cuarto de Tou había viajado a Sudamérica. Aunque muchos se quejaban diciendo: "Maldita sea, ¿por qué tengo que ceder mi habitación a esos malditos?", los miembros afectados empacaron sus cosas y comenzaron a mudarse uno por uno. Algunos, disgustados con la idea de que "esos malditos" tocaran sus pertenencias, decidieron hacer una mudanza completa.

Después de lavarse la cara varias veces, Tae-iu levantó la vista y vio a Tou reflejado en el espejo. Encogió los hombros.

—Si más tarde me doy cuenta de que me falta algo, solo pasaré por la habitación y lo recogeré.

—Mejor no lo hagas. ¿Qué ganarás si te encuentras con los tipos de la sede europea que están usando tu habitación?

—¿Por qué? Al fin y al cabo, es mi habitación.

—Eso no importa. Sería como invadir su territorio. Podría armarse un buen escándalo.

—... Vaya.

Tae-iu murmuró "vaya" por enésima vez, pensando en lo incomprensible que le resultaba la relación tan tensa entre ambos grupos. El reloj electrónico en la pared del baño marcaba una hora que era demasiado tarde para ser mañana, pero demasiado temprano para ser mediodía. Tae-iu tomó una toalla de la pila en el estante y se secó la cara. Su reflejo en el espejo mostraba una expresión cansada. Había tenido un mal sueño, aunque apenas lo recordaba al despertar.

Los miembros de la sede europea, según sus compañeros, eran extremadamente crueles y repugnantes. Aunque no lo hubiera reconocido conscientemente, el pensamiento de su llegada parecía pesarle. Tae-iu siempre se había considerado una persona que no se dejaba afectar por estas cosas, pero parecía que era más sensible de lo que pensaba.

Lirios RojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora