TeamMates. // 55 & 63

Catapult.

El premio de casa había llegado para Carlos Sainz, su mejor resultado habían sido cuartos lugares, está vez estaba esperando lograr algo que se a propuesto hace años, ganar en España.

Su novia había ido a verlo, estaba más que feliz por eso, pero algo le llegaba a preocupar.

Hace unos días se enteró por Toto que Carmen se había mudado a Francia, lo que la mantenía ocupada, incluso para venir a este gran premio, su compañero nunca se mostró molesto o afectado por la ausencia de Carmen estos últimos premios

El madrileño se sentía en un Rol confundido, pues sentía que de alguna manera se estaba volviendo más responsable en cuanto sus relaciones personales, en especial con el británico y eso le hacía sentir confundido, lo que no llego a hacer antes ahora lo veía más como una necesidad de preguntar cómo estaba, se estaba volviendo alguien más y no le gustaba.

La noche antes de la calificación no pudo dormir bien, se sentía justo como a el inicio de la temporada, el insomnio empezó a ser su acompañante recurrente durante las noches, era como si fuera su amante eterno a espaldas de su novia

Justo cuando creía que mejoraba su relación con la mujer se volvía a distanciar, sabía que estaba mal, pero no lo hacía aproposito.

Se esforzaba; claro que lo hacia, le preguntaba cómo estaba, como se sentia, si quería ir a cenar o si iban de compras, en cambio ahora se volvía rutina

Se empezó a aburrir de volver a el mismo ciclo.

Sentía que no podía cambiar, que por más que trate de eliminar esos pensamientos "estúpidos" de su cabeza no le dejaban

La clasificación era a las nueve de la mañana, ya eran las dos de la madrugada y el sueño parecíera que se fue de año sabático.

Dio vueltas en la cama, se paró de esta, camino en círculos, tomo leche tibia, se volvía a acostar, trataba de encontrar una posición cómoda y nada.

La última opción era autoconverse sl día siguiente de que había dormido sus ocho horas sanamente

Correr en casa siempre llevaba una carga emocional, una mezcla de orgullo y presión, pero esta vez, algo era diferente. Desde que había llegado al circuito, Carlos no se sentía bien. Había algo en el aire, en su mente, que no le permitía concentrarse como de costumbre.

Mientras caminaba por el paddock, saludando a los fans que coreaban su nombre, intentaba mantener una fachada de calma. sin embargo, dentro de su casco mental, los pensamientos revoloteaban como pájaros atrapados, golpeando las paredes de su mente. Se preguntaba qué le estaba pasando

Antes de la calificación se encerró en su motorhome, tratando de encontrar algo de paz antes de enfrentarse a la batalla por la pole. Se sentó en el borde de el sofá con la cabeza entre las manos, intentando apartar esos pensamientos que lo atormentaban. ¿Por qué se sentía así? ¿Era la presión de correr en casa? ¿Las expectativas de el equipo? ¿O había algo más que su comciente no era capaz de procesar?

Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Era su ingeniero de carrera, que había notado su tensión

-Carlos, ¿estás bien?- preguntó, con genuina preocupación en su voz.

Carlos levantó la cabeza, tratando de sonreír, pero el gesto no llegó a sus ojos. -Sí, solo... un poco distraído.-

El ingeniero asintió, comprendiendolo. -Escucha, no tienes que resolver todo ahora, sal ahí y haz lo que mejor sabes hacer. Enfócate en una cosa a la vez; Una curva, un freno, una aceleración. No pienses en el conjunto, solo en cada momento.-