Capítulo 20

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La pelea le había pasado factura. Elena había pasado una noche agitada, con un sueño alterado, pero era mucho menos de lo que merecía por no hacer nada mientras la niña moría.


Pero no fue solo eso. Fueron sus palabras las que volvieron a atormentarla una y otra vez.


Que quería justificar sus acciones para mantener su conciencia tranquila.


Ella regresó a su habitación después de eso, demasiado enojada para hablar con él.


Se preguntó si estaba enojada con él por decirlo o si estaba enojada porque era verdad.


Porque una parte de ella intentó darle sentido a la noche anterior.


Todo lo que Klaus había hecho era exactamente lo que ella esperaba de él cuando lo conoció por primera vez. Hasta hacía unas semanas, incluso.


Anoche, sin embargo, parecía... orquestado.


Se preguntó si eso se debía a que sus instintos estaban en lo cierto o si simplemente quería absolverlo de la culpa.


Absolverse de culpa.


Ella se deslizó fuera de la cama, extrañando instantáneamente el calor del edredón, y pudo ver que el sol ya estaba alto en el cielo.


Se giró cuando llamaron a su puerta y frunció el ceño cuando la puerta se abrió para mostrar a un impasible Adrian.


Se preguntó dónde estaba Klaus.


—Tienes que vestirte y comer algo, Klaus necesita algo de sangre. —Se giró y cerró la puerta antes de que ella pudiera protestar.


Ella le había donado sangre hacía apenas unas semanas, a este ritmo podría expandirse a Europa y Asia.


Se vistió, sin muchas ganas de afrontar el día que tenía por delante.


Una pequeña parte de ella, la parte que se había sentido demasiado cómoda con la sensación de sus brazos a su alrededor, había vuelto a la realidad.

Irresistible *TRADUCCION*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora