La escena comienza de manera abrupta. El salón del trono en Desembarco del Rey, generalmente un lugar imponente y sofocante, se ve barrido por un destello de luz blanca. Personajes de toda Westeros, desde los salones del Norte hasta los palacios del Sur, son transportados a un espacio desconocido. Se encuentran en una oscura y amplia sala de cine, con hileras de butacas que parecen surgir de las sombras. Al principio, hay un silencio incómodo. Nadie sabe cómo ha llegado allí ni por qué.
Ned Stark, con su mirada severa, se adelanta, siempre el protector. Catelyn a su lado, su rostro tenso. Tyrion Lannister, sentado en la primera fila, mira alrededor con su habitual mezcla de curiosidad y cinismo. Cersei, más atrás, sonríe de manera enigmática, disfrutando del caos que siempre la rodea.
"¿Dónde demonios estamos?", murmura Jaime Lannister, observando el lugar con desconfianza, su mano acariciando el pomo de su espada.
De repente, las luces de la sala se apagan, sumiendo a todos en la oscuridad. Una pantalla gigante frente a ellos se enciende, iluminando sus rostros con un destello blanco. Comienza la proyección.
El bosque invernal aparece en pantalla. La nieve cae pesadamente, y las figuras de Jon Snow y Arya Stark emergen entre los árboles. El silencio en la sala se vuelve aún más pesado cuando los presentes se dan cuenta de que Jon y Arya están desnudos, caminando juntos a través de la nieve como si no sintieran el frío.
Catelyn ahoga un grito. "¡¿Qué es esto?!"
Ned permanece en silencio, pero su rostro está tenso, sus ojos fijos en la pantalla. En su interior, la confusión y el desconcierto se mezclan con una creciente sensación de horror. A su lado, Sansa cubre su boca con la mano, con los ojos muy abiertos.
"Esto es... perturbador", dice Tyrion, aunque su tono es más analítico que emotivo. Observa a su alrededor, notando las reacciones de todos. Jaime Lannister está visiblemente incómodo, mientras que Cersei parece fascinada.
"Así que así es cómo los lobos del Norte se comportan", comenta Cersei con una sonrisa maliciosa.
"¡Cállate!" exclama Robb Stark, su rostro lleno de furia. No puede soportar ver a su hermano y hermana menor en una situación tan vulnerable.
La pantalla sigue mostrando a Jon y Arya caminando por el bosque nevado, sus respiraciones visibles en el aire frío. Pero entonces, algo extraño sucede. Sus cuerpos comienzan a cambiar. Las primeras señales son sutiles: un movimiento en sus huesos, una ondulación en sus pieles. Pero pronto, es innegable. Ambos se están transformando. Sus miembros se alargan, su piel se cubre de pelaje, y lo que alguna vez fueron Jon Snow y Arya Stark ahora son dos lobos gigantes.
La sala estalla en murmullos de sorpresa y horror. Jaime se pone de pie, disgustado, mientras que Catelyn, incapaz de procesar lo que está viendo, se aferra a Ned.
"¿Qué... qué es esto?", pregunta Sansa, con la voz temblorosa.
"Es una maldición", responde Cersei, con un toque de diversión en su voz. "Los Stark siempre han sido cercanos a los lobos, pero esto... esto es algo más".
Ned cierra los ojos por un momento, tratando de entender lo que está sucediendo. No puede creer lo que está viendo. Jon y Arya, sus hijos, transformados en bestias salvajes. Pero también sabe que hay algo más profundo en juego, algo que no puede ver todavía.
En la pantalla, los lobos – Jon y Arya – se mueven juntos, cazando en el bosque. Sus instintos animales toman el control, y en cuestión de minutos, encuentran su presa: un ciervo solitario. Sin piedad, lo derriban y comienzan a devorarlo, sus fauces llenas de sangre.
"¡Esto es una abominación!" grita Catelyn, horrorizada. No puede soportar ver a sus hijos comportándose como bestias salvajes.
Tyrion, aunque horrorizado, observa con atención. "Esto no es real", murmura para sí mismo, tratando de encontrar una lógica en lo que está viendo. "Algo o alguien nos está mostrando esto por una razón".
Los demás en la sala están conmocionados, pero hay una creciente sensación de incomodidad, especialmente hacia Jon. Aunque comparten el horror hacia lo que ambos Stark están haciendo, las miradas de desdén comienzan a enfocarse más en Jon que en Arya.
"Siempre supe que el bastardo era diferente", murmura Jaime con desprecio. "Mira cómo se ha dejado llevar por su naturaleza salvaje".
Cersei asiente, disfrutando del momento. "La sangre de los lobos corre más fuerte en él que en cualquiera de sus hermanos. Tal vez por eso es tan fácil para él perder el control".
Ned, aunque lleno de dolor por lo que está viendo, se mantiene en silencio, sus pensamientos corriendo más rápido de lo que su mente puede procesar. No puede dejar de ver la pantalla, sus ojos fijos en la imagen de sus hijos convertidos en bestias.
De repente, la pantalla cambia de tono. Los lobos – Jon y Arya – han terminado su cacería. Pero ahora, se acercan el uno al otro. El aire en la sala se vuelve tenso. Lo que sigue es demasiado perturbador para la mayoría de los presentes. Los lobos comienzan a aparearse, un acto salvaje y brutal que deja a todos en la sala en completo shock.
"¡Esto es monstruoso!" grita Catelyn, completamente destrozada por lo que está viendo. Sansa, a su lado, comienza a llorar, incapaz de soportar la visión.
Ned aprieta los puños, su rostro impasible, pero internamente, siente que su mundo está colapsando. No puede entender cómo o por qué está ocurriendo esto.
"Bueno", dice Tyrion, rompiendo el silencio con una voz baja y grave. "No me esperaba esto en absoluto".
La mayoría de los presentes están completamente conmocionados, pero es Jon quien recibe el peso del desprecio. Aunque Arya también está involucrada en lo que han visto, las miradas de odio y disgusto se dirigen casi exclusivamente hacia Jon.
"Es su culpa", murmura Cersei. "Siempre lo ha sido. El bastardo no es más que una bestia, un lobo con piel de hombre".
"Siempre supe que era peligroso", agrega Jaime, aún mirando la pantalla con desdén.
Robb, aunque profundamente perturbado, se encuentra dividido entre la lealtad a su hermano y el horror de lo que ha visto. Pero incluso él no puede evitar sentir una chispa de resentimiento hacia Jon.
El desprecio hacia Jon crece, palpable en la sala. A medida que la pantalla muestra las últimas imágenes de los lobos alejándose en la nieve, la tensión en la sala llega a un punto de ruptura. Cada personaje lidia con lo que ha visto de diferentes maneras, pero todos parecen coincidir en una cosa: Jon Snow, el bastardo de Ned Stark, ha caído aún más bajo a sus ojos.
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westero reacciona a
Fanfictionnada solo pedazos de historia, que hice usado ia y viejos escritos mios juego de tronos pertenece a su creadores