16

28 4 1
                                    

Marco

Sus ojos jade inconfundibles no paraban de mirar las imágenes de mi hermano de manera inquisitiva. Parecía interesada, como si verme allí, a las seis de la mañana la hubiese confundido.

- ¿Qué haces despierta? – la pregunté intentando llamar su atención.

- Una pesadilla – me dijo mientras cogía una foto.

- Mejor no toques...- no me dejó terminar.

- ¿Qué es eso que sujeta tu hermano en la mano?

Me quedé quieto mientras me mostraba una de las imágenes en las que Lucio salía tendido en el suelo del callejón. De todo lo que podría haber visto, se fijaba en eso.

- No lo sé, no estoy seguro – dije mientras miraba bien la foto – Creo que el forense dijo que era una especie de medallita, como de un collar.

Gabriella se quedó pensativa, pasando su mirada por el resto de los documentos desperdigados en la mesa. No podía entender su creciente interés por este tema, así que decidí preguntarla:

- ¿Por qué estás tan interesada?

Logré captar su atención y que sus ojos se posaran en los míos. Pude leer varias emociones surcar su rostros, sin embargo, no esperaba su respuesta.

- Porque quiero ayudarte.

- ¿Y a qué se debe esa generosidad? - dije con una leve sonrisa irónica.

- Porque sé lo que es vivir con el dolor de no tener respuestas – hizo una pausa y volvió a mirar los informes – Cuando mi madre se fue me prometí encontrarla, saber lo que pasó... A día de hoy sigo haciéndolo, y es un camino que no se debe recorrer solo, siempre se necesita ayuda.

Su respuesta me enmudeció. Todo el mundo sabía lo que Coral Lionetti había hecho. Una tarde de verano, había preparado su maleta, abandonando a su familia. Hacía 8 años que eso había ocurrido, y Gabriella no se daba por vencida buscando a su madre en cualquier lugar del mundo.

Junto al enemigo | Viickyyyyyyy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora