𝟑. 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞❁

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"La belleza puede ser un arma letal"

Sunghoon rueda los ojos mientras el Rey Hyungwon le lanza la última advertencia

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Sunghoon rueda los ojos mientras el Rey Hyungwon le lanza la última advertencia. El título "El Bastardo del Reino" sigue resonando en su mente, una cruel etiqueta que define  al joven Sim Jaeyun, un príncipe cuya vida ha sido manipulada por la voluntad y ambición de la realeza.

A pesar de su sarcasmo y su desdén por la nobleza, Sunghoon no puede evitar sentirse intrigado. "¿Por qué ahora?" piensa mientras lo escoltan fuera de las mazmorras. Estaba claro que la situación era desesperada si el rey estaba dispuesto a confiar en un ladrón para traer de vuelta al único vínculo que quedaba con los elfos. La misión, sin embargo, le parece tan arriesgada como interesante.

Mientras camina por el oscuro corredor, las palabras del rey resuenan en su cabeza: "Nunca te fíes de un ladrón". ¿Y si todo esto es una trampa? ¿Y si el rey no tiene ninguna intención de liberarlo realmente? Sunghoon sabe que tiene que estar alerta, pero por ahora, el juego de poder está a su favor.

Horas después, montado en su caballo y lejos de los muros de Dreamland, Sunghoon recibe las instrucciones finales de uno de los guardias.

—El príncipe Sim Jaeyun ha estado en la Tierra de los Ogros durante años. Allí, se le encomendaron tareas menores y ha estado bajo la protección de Heeseung, el hijo híbrido del Rey de los Ogros. —El guardia hace una pausa, asegurándose de que Sunghoon escuche cada palabra—.Tu trabajo es sacarlo de allí sin que el rey ogro sospeche nada. Nadie puede saber que hemos roto el tratado de paz.

Sunghoon levanta una ceja. ¿Un príncipe mestizo? Un híbrido de ogro y humano en medio de todo esto. La situación se vuelve más complicada. Los ogros no son conocidos por su hospitalidad, y mucho menos por la nobleza en su sangre. Sin embargo, algo en esa historia captura su atención. El príncipe Jaeyun... ¿Cómo sería alguien como él? ¿Y cómo había sobrevivido todo este tiempo entre esos seres?

—Entendido, pero dime algo —dice Sunghoon, mirando al guardia con desdén—.¿Qué gano yo si regreso vivo de esa tierra?

—Ya te lo ha dicho el rey. Libertad. Riquezas.

Sunghoon sonríe, sabiendo que las promesas de la realeza son frágiles. Pero, por ahora, eso será suficiente.

—¿Algún consejo sobre cómo tratar con los ogros? —pregunta, ajustando su capa mientras mira el vasto horizonte ante él.

—Sí —dice el guardia, con una mirada severa—.Nunca confíes en ellos. Especialmente en su príncipe.

Mientras Sunghoon avanza hacia la Tierra de los Ogros, las historias sobre Sim Jaeyun comienzan a llegarle como susurros en el viento, provenientes de viajeros y comerciantes que cruzan su camino. Aunque se centra en su misión, no puede evitar notar cómo los comentarios sobre la belleza de Jaeyun surgían una y otra vez.

En una pequeña aldea, mientras descansa en una taberna modesta, un par de campesinos conversan a su lado, ignorando que el ladrón está a punto de entrar en tierras peligrosas.

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