Capítulo XXII

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Taehyung empezaba a tener ansiedad y un antojo increíble por comer una paleta. Jungkook aún no regresaba y no sabía cuánto le faltaba, no le gustaba sentirse tan dependiente del alfa, sentía que él ya estaba haciendo demasiado. Por eso es que se cambió de ropa, poniendose unos pantalones un poco sueltos y una camisa del alfa, así estaría mejor con el olor de Jungkook, se puso sus pantuflas y sin cubrir su olor salió del departamento.

Había una tienda de convivencia en la esquina así que no tardaría mucho, nada malo podía pasarle, sería algo rápido.

Eso creía.

Pero cierta Omega vigilaba el edificio constantemente en la espera de verlo salir de allí, por eso, cuando lo vió entrar a la tienda con una sonrisa, fue tras él.

Taehyung tomo varias paletas y dulces de aquella tienda, su boca se hacía agua por probarlos, se dió la vuelta para pagar pero sus pasos se detuvieron al ver a Hanna.

Estaba vestida como si fuera una delincuente, como si se ocultara de alguien.

—¿Hanna?

La omega sonrió acercándose y Taehyung retrocedió por instinto, su lobo le advertía algo y su razonamiento humano sabía que debía proteger a su bebé de cualquier cosa.

—Hola Taehyung, ¿Cómo estás?

El omega ni siquiera podía responder, por un lado se alegraba de verla pero por otro sentía un poco de molestia, ella lo había lastimado y ni siquiera se había preocupado por él.

Solo asintió e hizo ademán de irse, pero la Omega lo jalo del brazo acercandolo a ella.

—Necesito hablar contigo.

—No lo creo Hanna, debo irme —Sus instintos le gritaban alejarse, pero ahí estaba él, viendo a la Omega atentamente, queriendo hablar con ella una vez más sin importarle nada ni nadie.

—Solo será unos minutos, hay algo que quiero decirte.

Taehyung asintió escuchando lo que ella tuviera que decir.

—Descubrí que Jungkook tiene dos omegas.

—¿Qué? —El corazón de Taehyung empezaba a latir rápido.

—Pensarás que es imposible, pero no lo es, de hecho, él lo sabe, ¿Recuerdas cuando te dije que Jungkook era mi destinado? Siempre tuve la razón Taehyung, pero al parecer tu también lo eres y él te eligió a ti.

El Omega tragó grueso sintiendo un nudo en su estómago.

—Está jugando con los dos, se acostaba conmigo Taehyung, me desecho por ti ¿Crees que no hará lo mismo contigo?

—Basta... —Las lágrimas de Taehyung se acumulaban en sus ojos.

—¿Crees que el que seamos sus destinados le impedirá hacer de las suyas?

El Omega negó mientras sus mejillas empezaban a mojarse por las lágrimas en sus ojos.

—Si te digo esto es por qué te quiero Taehyung...

—¡No! Tú no me quieres ¡Tú me lastimaste!

—¡Tú también a mí! —Su agarre en el brazo de Taehyung se hacía más fuerte —Te metiste con el único alfa que me gustaba, sabías que me gustaba y aún así lo hiciste.

—Es mi destinado Hanna.

—¡El mío también! Y no te importo cuando te lo dije...

—Hanna yo...

—Escúchame bien Taehyung, por ninguna circunstancia dejes que el te marque —Sus rostros estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro —Si de verdad me quieres no lo vas a permitir, él podría matarme si hiciera eso...

Taehyung abrió los ojos con sorpresa, las náuseas se apoderaban de él, el fuerte agarre de la Omega en su brazo dolía, pero más dolía escuchar aquello.

—Los dejaré seguir jugando al estúpido Juego que tienen, en algún momento se cansará de ti y se irá con alguien más, tal y como hizo conmigo o quizás vuelva a mi... Después de todo hay destinos que no pueden cambiarse.

Taehyung se soltó del agarre de Hanna y también soltó los dulces en el suelo. Su corazón dolía, el pasado del alfa era una mala jugada para él, aún que quisiera creer que Jungkook era incapaz de hacerle daño o dejarlo, ahí estaba el claro ejemplo que no por ser destinados Jungkook se quedaría con él. Si Hanna tenía razón, entonces todo sería completamente diferente.

Corrió y corrió sin ver atrás, sus pies se dirigían al edificio del alfa, sentía que en cualquier momento el vómito saldría de su garganta, su lobo se sentía inquieto, y su estómago revuelto.

Ni siquiera lo pensó cuando introdujo el código del departamento y entró disparado hacia el baño.

—¡¿Taehyung?! —Jungkook, que estaba buscándolo como un loco, desesperado corrió detras de él al verlo entrar disparado hacia el baño.

El Omega se arrodilló en el retrete dejando salir todo aquello que tanto había aguantado, Jungkook se puso a su lado acariciando su espalda mientras soltaba sus feromonas para que se calmara.

Ambos lobos, que hace unos instantes estaban desesperados e inquietos, ahora se sentían tranquilos al sentirse al lado del otro.

Cuando por fin se sintió mejor, Taehyung dio la cadena y con ayuda del alfa se levantó para lavar sus dientes, su mirada se mantenía gacha, no podía mirar a Jungkook sin sentir esa inseguridad que ahora empezaba a crear su cabeza.

—¿Dónde estabas Taehyung? —aunque quisiera ser duro con él, no podía. Taehyung era su omega y se preocupaba por él, por eso su voz salio dulce y tranquila —Estaba preocupado.

—Solo salí por una paleta... —Sin embargo, la voz del Omega estaba apagada y lastimera.

—Debiste llamarme, la hubiera traído para ti.

Taehyung enjuagó su boca y salió del baño, directamente a la habitación.

—Está bien, no pasó nada...

—¿No? ¿Entonces por qué tu olor cambió? ¿Por qué estás tan triste? ¿Qué pasa?

El Omega se subió a la cama tapando su cuerpo completo.

—Vamos Taehyung, ¿Que pasa?

—Nada.

Jungkook se sentó en la cama, quitó la colcha del cuerpo del Omega mirando sus labios abultados y sus ojos brillosos por las lágrimas acumuladas.

—¿Qué pasa bonito?

El omega sintió sus corazón estremecerse y sin ser demasiado consciente de lo que estaba haciendo, se levantó de inmediato para ir a los brazos del alfa, quién lo envolvió en un fuerte y cálido abrazo, soltando más de sus feromonas para calmarlo.

—Tranquilo, no importa lo que suceda allá fuera, siempre voy a cuidarte mi lindo omega —Su mano bajo al vientre plano —Y a ti también, mi amor.

Entonces el lobo de Taehyung se llenó de ese amor, sintiendose lo suficientemente fuerte para proteger a su cachorrito, se regocijo dejando salir un leve olor a cereza.

Hate You | KookTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora