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   Agradecí muchísimo cuando la campana sonó y la clase terminó. Me levanté del asiento para guardar mis cosas rápidamente.

   —¡Onichan!

   —¡Stuart! —exclamé—. No vuelvas a decirme así delante de la gente.

   Se rió.

   —¿Todavía quieres saber quién es el chico?

   —No. Me da igual. No estoy a su alcance, ya te lo dije.

   —¿Pero no quieres saber quién es? Si lo veo, puedo decirte con exactitud quién es.

   —No. Voy al baño.

   —¡Pero no me ignores!

   Salí del aula y caminé por el corredor en dirección al baño. Entré al cubículo, bajé mi cremallera y comencé a orinar.

   Escuché pasos.

   No me molesté en apurarme porque había más cubículos.

   Subí la cremallera y salí a lavarme las manos. Abrí el grifo.

   A través del espejo vi a John detenido en la puerta. Di un salto.

   —Hola... —articulé débilmente.

   Él no contestó.

   Caminó hacia mí, me sujetó del cabello y me obligó hacer contacto visual con él. Llevó sus labios a mi oído y susurró:

   —Tienes buenas piernas y deseo abrirlas para ver tus genitales.

   Me soltó y, guiñándome el ojo, se marchó.

   Todavía no procesaba lo que acababa de pasar.

   ¿Qué?

   —Oh, Dios. ¿¡Entonces yo le gusto a John!? ¡No puede ser, Dios! ¡Digo, sí, pero...!

   Mi teléfono sonó: era un mensaje de John.

   »Hola, Paul

   »Ya hice lo que me aconsejaste

   »Ojalá salga bien🙈🙈🙈

   Miré mi rostro en el espejo del baño. Sentí mi corazón agitado. Una sonrisa nerviosa se formó en mis labios y fue entonces que reaccioné.

   —¡Le gusto a John! ¡Le gusto a John! ¡Le gusto a John!

   Salí emocionado del baño, topándome con Stuart nuevamente en el corredor. Iba acompañado de alguien a quién no vi.

   —Ah, Paul, mira él es el chico que...

   —¡No me interesa, Stuart! ¡Él no me gusta!

Paul ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora