Capitulo 1

122 13 11
                                    


---

No puedo olvidar es dia por la tarde.. Aquel salto suicida, las aguas embravecidas del mar, y su mano extendida hacia mí, tembloroso pero decidido. Kazuya Kinoshita, el chico torpe y amable que había alquilado mi compañía tantas veces, había saltado del ferry para salvarme. Y lo hizo. Arriesgó su vida por la mía.

Por mucho tiempo, lo traté mal. En mi mente, siempre lo consideré alguien incapaz de dar un paso en falso sin tropezar. Pero allí estaba él, arrojándose a lo desconocido, sin pensar en las consecuencias. No entendía qué lo llevó a hacer algo tan estúpido y noble al mismo tiempo.

Tal vez esa noche cambió algo en mí. Las semanas siguientes lo noté más callado, observando, como si sus pensamientos estuvieran sumergidos en un lugar profundo. Sin embargo, su mirada hacia mí se volvió más intensa, casi desesperada. Algo había cambiado, y no solo en él. Algo había comenzado a romperse dentro de mí.

Kazuya siempre fue un misterio. Sus arrebatos eran una mezcla de inocencia y deseo. ¿Por qué alguien haría eso por mí? No era una cuestión de "cliente y novia de alquiler" en ese momento. Fue algo más. Algo real. Y eso me aterraba. ¿Acaso sentía algo por él? Yo, Chizuru Mizuhara, ¿enamorándome de un chico como Kazuya?

La primera vez que me pidió... bueno, intimidad, me quedé paralizada. ¿Qué estaba pensando? ¿Cómo podía siquiera sugerir algo así después de todo lo que habíamos pasado? Me negué al instante. Sentí como mi corazón latía con fuerza, pero no solo de indignación. Algo más se agitaba en mi interior.

Pasaron días antes de que volviera a verme. Recuerdo cómo se disculpó, murmurando algo sobre ser un tonto y no merecer mi perdón. Su voz temblaba, pero sus ojos... esos ojos... hablaban de otra cosa. Me hizo recordar. El frío del mar. La desesperación. El deseo de vivir. Y entonces comprendí algo que no quería admitir: él realmente daría su vida por mí.

Así que... lo hice. Acepté su propuesta, entre comillas. No fue como en las películas románticas ni mucho menos. No fue perfecto. De hecho, fue un poco incómodo, raro y mas al ver su enorme miembro. No podía dejar de pensar en cómo habíamos llegado hasta aquí. Pero, a pesar de todo, hubo momentos que me sorprendieron. Sus labios sobre los míos, sus susurros entre jadeos, y su torpe manera de buscar aprobación en cada gesto. Mi corazón latía con una fuerza incontrolable.

Comenzó a ser algo habitual entre nosotros. No era solo el acto en sí, sino los momentos previos y los posteriores. Sus palabras tiernas, casi patéticas, me hacían reír y a la vez me dejaban... sintiendo algo. Una extraña mezcla de confusión, seguridad y una chispa de emoción.

No sé cómo llegamos aquí. Tal vez no quiero saberlo. Lo que sí sé es que, cada vez que sus labios se acercan a los míos, cuando su cuerpo se entrelaza con el mío, siento algo que no puedo explicar con palabras. Y a veces, solo a veces, me permito perderme en esos momentos y sentir como mi corazón late con fuerza.

¿Estoy enamorada de él? ¿Es esto amor? No lo sé. Pero cada día que pasa, la línea entre lo que es real y lo que es un trabajo parece desdibujarse más y más. Y tal vez, solo tal vez, eso no sea algo tan malo después de todo.

Solo quiero que me llene de su "Amor"...

Verdadedos SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora