Capitulo 3

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El viento frío de diciembre me azotaba el rostro mientras caminaba por las calles llenas de luces navideñas. Los adornos brillaban en las tiendas y las risas de las parejas resonaban en el aire. Pero en mi mente, solo había un pensamiento que no podía sacudirme: la última vez que estuve con Kazuya, hace tres semanas, en vísperas de Navidad.

No habíamos tenido la oportunidad de vernos desde entonces, y había una razón para ello. Ruka. Esa chica era un dolor de cabeza constante. No solo lo acosaba a todas horas, sino que también insistió en que fueran "novios de prueba." Me puse tensa al recordarlo. Yo misma le había dado esa maldita idea en un intento de apartarla de Kazuya, creyendo que se aburriría y lo dejaría en paz. Pero la jugada me había salido al revés. Cada vez que pensaba en ello, un sentimiento incómodo de celos y frustración me invadía.

Kazuya tampoco estaba ayudando. No había tenido la oportunidad de decirle que me molestaba, que lo quería para mí. Pero con mi actuación, las prácticas y la tensión de fin de año, nuestra comunicación se había enfriado. Ni siquiera sabía si él sentía lo mismo.

Mis pensamientos se desviaron hacia esa noche hace tres semanas. Habíamos estado solos en mi apartamento. Las luces del árbol de Navidad que apenas había tenido tiempo de montar parpadeaban suavemente, reflejándose en sus ojos. Kazuya parecía más nervioso que de costumbre, su voz temblorosa mientras intentaba hacer una broma para romper el hielo. Pero la tensión entre nosotros era evidente.

Terminé acercándome a él, mis manos encontrando su rostro. "¿Kazuya, qué es lo que realmente quieres?" le pregunté, con el corazón latiendo rápido. No sabía si esperaba una respuesta concreta o si simplemente necesitaba sentirlo cerca. Él no dijo nada al principio; en cambio, se inclinó hacia adelante y me besó, un gesto tímido pero cargado de deseo.

Lo que vino después fue inevitable. Como tantas veces antes, nos dejamos llevar por la intensidad de ese momento. Su cuerpo presionado contra el mío, sus manos recorriendo mi piel, cada caricia, cada beso encendiendo una llama en mi interior. Aquella noche de víspera de Navidad fue diferente, más profunda, como si ambos supiéramos que no tendríamos esta cercanía por un tiempo. En el silencio de la noche, mientras la nieve comenzaba a caer afuera, él me abrazó con una ternura que no había mostrado antes. Me sentí viva, necesitada, y por un instante, todo parecía perfecto.

Volver a esos recuerdos me dejó con un vacío en el pecho. Mis días sin él se sentían incompletos, monótonos. Pero hoy no podía quedarme pensando en lo que fue o en lo que podría ser. Había quedado de salir con Umi, mi compañero de actuación. Había aceptado su invitación para comprar regalos de Navidad, no solo porque era mi compañero, sino porque necesitaba distraerme, alejarme de los pensamientos que Kazuya traía consigo. Aún así, el sentimiento de culpa no me dejaba en paz.

Llegué al lugar donde había quedado de verme con Umi. Lo encontré esperándome, con una sonrisa en su rostro y una bufanda alrededor de su cuello. "¡Chizuru!" saludó, levantando una mano. "Me alegra que hayas venido."

"Gracias por invitarme," respondí, forzando una sonrisa. Aunque Umi era amable y profesional, y sabía que era un buen compañero, mi mente seguía volviendo a Kazuya. La manera en que se reía de sus propios chistes malos, cómo sus ojos se iluminaban cuando hablaba de cosas que le apasionaban, y cómo, a pesar de todo, siempre lograba hacerme sentir especial.

Caminamos por las calles llenas de tiendas, eligiendo regalos para nuestros amigos y familiares. Umi trataba de involucrarme en la conversación, hablando de los proyectos de actuación que teníamos por delante, de sus sueños y ambiciones. Yo asentía y respondía lo mejor que podía, pero mi mente estaba en otro lugar.

"Chizuru," dijo de repente, interrumpiendo mis pensamientos. "Has estado un poco distante hoy. ¿Todo está bien?"

Su pregunta me tomó por sorpresa. Umi siempre había sido observador, pero no esperaba que notara mi distracción. "Sí, solo... he estado ocupada con los ensayos y el trabajo. Ya sabes cómo es," mentí, intentando sonar convincente.

Verdadedos SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora